Ley de respeto al matrimonio

STRICTO SENSU

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La aceptación de la homosexualidad caracteriza a las sociedades democráticas contemporáneas. Esto se refleja en la evolución de las leyes concernientes a las conductas públicas y privadas de las personas homosexuales. La mayoría de los países europeos y americanos no sólo ha eliminado las normas que penalizaban la homosexualidad, sino también ha incorporado reglas concernientes al estado civil de las personas del mismo sexo. De ahí que en ellos los matrimonios igualitarios ya sean parte de la cotidianidad.

En el caso estadounidense, estas uniones gozan de una amplia protección legal, derivada de una resolución de la Suprema Corte (Overgefell v. Hodges) que desde 2015 obliga a los gobiernos estatales a reconocer los matrimonios igualitarios. No obstante, la sentencia que eliminó la protección federal del derecho al aborto (Dobbs v. Jackson), alertó del peligro que corrían los matrimonios igualitarios, especialmente debido a que el justice Thomas propuso en su voto particular reconsiderar su estatus.

A la luz de esa resolución, los legisladores demócratas de la Cámara de Representantes impulsaron un proyecto de 2009 que proponía el reconocimiento federal de los matrimonios entre personas del mismo sexo, llamada Ley de Respeto al Matrimonio (Respect of Marriage Act). La propuesta fue aprobada por los representantes el 19 de julio con 267 votos favorables (220 de demócratas y 47 de republicanos) y pasó a revisión del Senado. Ahí recibió la aprobación (con algunas enmiendas) por 61 votos (49 de demócratas y 12 de republicanos), el 29 de noviembre. La afortunada coincidencia entre representantes y senadores de ambos partidos permitió que el presidente Biden firmara la Ley el 13 de diciembre.

La revisión de sus considerandos refleja un cambio notable respecto a la percepción del matrimonio igualitario entre los representantes populares. Luego de señalar al matrimonio como la unión más profunda entre dos personas, constata la existencia de diversas creencias respecto al papel del género en esas uniones basadas en premisas religiosas y filosóficas respetables. Puntualiza que, independientemente de la consideración debida a tales creencias, millones de personas, incluyendo parejas interraciales y personas del mismo sexo, se han casado y gozan de los derechos y privilegios asociados al matrimonio. Y precisamente para proteger a esas personas, que merecen tener la dignidad, estabilidad y protección para ellos y sus hijos, está dirigida la nueva ley.

Las disposiciones de la Ley de Respeto al Matrimonio son simples. Establece que los gobiernos estatales y federal están obligados a reconocer los matrimonios entre dos personas independientemente de sexo, raza, etnicidad u origen nacional de la pareja. Ordena respetar los matrimonios de las parejas homosexuales, al tiempo que prohíbe a los gobiernos locales negar derechos, deberes o protecciones derivados del matrimonio basándose en el sexo, raza, origen étnico o nacionalidad de los cónyuges. Es así como la ley no crea derechos ni privilegios para los matrimonios entre homosexuales, simplemente asegura los existentes. Su razón de ser consiste en reforzar el carácter igualitario de la sociedad estadounidense. Enhorabuena.