Mauricio Leyva

Crimen en directo

FRONTERA DE PALABRAS

Mauricio Leyva*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Leyva
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Camilla Läckberg es una de las más renombradas escritoras suecas de novela policiaca, las cuales la han consolidado como la reina del suspense en su país. Autora de best sellers, ha obtenido el premio a la Mejor Novela Negra de la Academia Sueca. Crimen en directo es la cuarta obra en su profunda producción y trata sobre el poder manipulador de los medios con un inquietante estilo que mezcla la estructura clásica de la novela, con temas actuales como el impacto del reality show en un pueblo pequeño.

Desde el preámbulo de la obra, el lector puede percatarse de la poderosa narrativa de Camila Läckberg: Lo que mejor recordaba era su perfume. El que guardaba en el baño. Aquel frasco lila de aroma dulce e intenso. De mayor fue un día a buscarlo a una perfumería, hasta que dio con él. Le entró la risa al ver el nombre: Poison. Ella solía ponerse un poco en las muñecas. Que luego se frotaba en el cuello y, si llevaba falda, también en los talones. A él le parecía tan hermoso. Sus muñecas delgadas, delicadas, frotándose con gracia una contra la otra.

Patrick y Erica protagonistas de las novelas anteriores, ahora con su bebé Maja, están en preparativos de boda cuando ocurre un accidente de tránsito. Marit, dueña de un modesto negocio, es hallada muerta al interior de su vehículo, luego de perder el control y haber ingerido una fuerte dosis de alcohol y de pastillas. Al lugar del hecho va Patrick acompañado de Hanna, su nueva compañera de trabajo en la comisaría de Fjällbacka, ambos inspeccionan la escena: No había nada en particular en el suelo. Un envoltorio de caramelo, una botella de plástico de coca-cola vacía, una página que parecía arrancada de un libro y al fondo, ya bajo el asiento una botella de vodka, también vacía. De tan sencillo que parece, a Patrick le asalta una duda y toma un par de fotografías extra al rostro de Marit, mujer hasta ese entonces ordinaria.

Poco después, hace su arribo al pueblo de Fjällbacka, la producción de Fucking Tanum, reality show exitoso que debía generar importantes ganancias. Las expectativas sobre el programa son elevadas y trae consigo a un grupo de personajes complejos que están resueltos a convertir su estancia en el show en la mejor plataforma de sus propias personalidades, aunque éstas sean grises u oscuras como el de la huérfana Barbie, quien originalmente se llamaba Lillemor.

A la par de los acontecimientos que generan la llegada del Fucking Tanum, crece el asunto de Marit. La autora desliza con suavidad el tema de una sociedad intolerante con cuestiones de índole sexual porque Marit era lesbiana y vivía con Kerstin, de hecho, dejó a su marido Ola por Kerstin, aunque delante de Sofie su hija, fingía que Kerstin sólo estaba en casa en calidad de amiga. Para la pareja, una fuerte discusión sostenida un día antes de la muerte de Marit pone a la luz la evidencia de amenazas que padecían de forma anónima. Entonces la historia cobra otra dimensión, sobre todo, cuando en las pesquisas se descubre que Marit no ingería alcohol y que Ola podía ser el culpable de lo que comenzaba a ser cada vez más evidente: un asesinato.

De manera colateral, el mundo perfecto de Erica y Patrick tambalea a días de casarse. Barbie aparece muerta en un contenedor de basura y el tejido fino de la novelista va enredando la psicología de los personajes y su drama. Sin duda, Crimen en directo es una historia de calidad, con giros y elementos nuevos que garantizan un suspenso al filo de cada línea.