Mónica Argamasilla

Reto lector para el 2023

LAS LECTURAS

Mónica Argamasilla*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mónica Argamasilla
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Comienza un nuevo año y con éste los famosos propósitos de Año Nuevo. Éstos siempre son una excusa para tratar de ser mejores personas en este 2023 que comienza, tener hábitos más sanos y deshacernos de todo aquello que consideramos tóxico para nuestra mente y salud. Entre los más populares está bajar de peso y comenzar con una nueva actividad que nos brinde satisfacción y estímulos positivos.

Leer más o comenzar a hacerlo es uno de los propósitos más populares. Es un hábito que tiene como beneficio la satisfacción personal. Aprender algo nuevo, viajar por el mundo o a través del tiempo de la mano de las páginas de un libro siempre es algo atractivo, pero entonces, ¿por qué nos cuesta tanto trabajo comenzar o retomar el hábito de la lectura?

La clave para poder cumplir con el propósito de leer más radica en establecer metas que sean realistas, comenzar a fomentar una actividad toma 21 días para convertirse en un hábito, así que yo recomiendo iniciar con un desafío acorde a nuestra realidad, y esto implica, desde el tiempo que podemos invertir, hasta nuestra capacidad para cumplir las metas trazadas.

Lo primero que aconsejo es elegir bien la lectura con la que vamos a comenzar. Dentro de la literatura hay una gran cantidad de géneros y la clave está en seleccionar correctamente el que nos atrape. Hay que preguntarnos qué es lo que nos gusta, acaso la novela de misterio, el thriller, la novela negra o quizá nos guste más la novela histórica, o somos más del tipo clásico. También se puede elegir entre ciencia ficción, literatura fantástica o realismo mágico. Creo que una buena recomendación es empezar con una lectura que no sea muy complicada, quizá una novela romántica, o aquella historia que tanto nos han recomendado.

Lo siguiente en la lista es establecer una rutina. Invertir un tiempo específico cada día. Se puede empezar leyendo 15 minutos diarios o quizá dividir la lectura en capítulos. Al principio quizá podemos sentir que es una obligación más que un placer, pero al cabo de un par de días comenzaremos a picarnos con la historia, y querremos ampliar nuestro tiempo de lectura cada día más.

Otra de las recomendaciones importantes es encontrar el espacio ideal para la lectura; un buen sillón con la luz adecuada. Quizá podemos acompañar la actividad con una bebida que nos evoque tranquilidad. Música de fondo o silencio total, según la preferencia.

Una fórmula casi infalible para que la lectura nos resulte gratificante es buscar un club de libro. Comentar lo que hemos leído siempre resulta enriquecedor. La lectura es un acto solitario, pero los seres humanos estamos hechos para compartir y comunicar ideas. Hablar de los personajes, los temas o ideas que hemos encontrado en un libro siempre será una actividad gratificante. Escuchar otros puntos de vista termina por redondear el ciclo de lectura. Investigar más sobre el tema, el contexto histórico, incluso acerca del autor y su estilo, nos involucra a otros niveles.

Ir haciendo una lista con los libros que vamos leyendo nos da una sensación de logro. Incluso anotar las frases e ideas que nos llamaron la atención hace que gocemos más del proceso. Nos vamos enriqueciendo cuando nos damos cuenta de todo lo que hemos aprendido y la capacidad de retención que vamos logrando. Yo recomiendo que la lectura no se abandone por varios días, o nos costará más trabajo regresar a la historia. No se tiene que leer demasiado tiempo si no lo tenemos, pero que sea un hábito que incluyamos en nuestra rutina diaria.

Fijemos metas que nos hagan mejores personas, hábitos que fomenten la empatía y la cultura. Hagamos un reto lector con nosotros mismos o con nuestros amigos para lograr convertirnos en asiduos lectores en este año que comienza.