Montserrat Salomón

Crisis estadounidense y guerra fría

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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EU vive un momento crítico en su historia. No sólo se ve amenazada su hegemonía con el renacer de Rusia y el poderío creciente de China, sino que su división interna amenaza con destruirlo desde dentro.

Si bien la mercadotecnia había vendido una imagen democrática, tolerante y plural, sabemos que la herida de la segregación racial y la Guerra Civil nunca cicatrizó del todo. Por el contrario, la infección creció y amenaza con la desintegración en un momento en el que la unidad sería vital para enfrentar los retos geopolíticos por delante. Rusia y China huelen la sangre en el agua, el tablero internacional está girando y este reacomodo de fuerzas se deja sentir en Europa y Latinoamérica, donde hay que elegir bando y ya no queda tan claro que convenga quedarse con los estadounidenses.

El último par de décadas han sido desastrosas para la política estadounidense. Se ha perdido el sentido del honor y del bien común, quedando sólo el hambre de poder y la idea de que todo está permitido con tal de ganar. Se ha olvidado el respeto a la realidad, el sentido de la verdad y la meta del servicio a la ciudadanía. Ambos partidos han perdido la brújula. Descaradas mentiras se han dicho para encender los ánimos y abrir las heridas históricas que dividen a la sociedad. Esto, aunado a las anquilosadas leyes sobre la posesión de armas, la desigualdad creciente y el cambio demográfico ha desatado la violencia y la incomprensión. El culmen de esta caída libre fue el respaldo del Partido Republicano, con contadas excepciones, a la figura de Trump, poniendo en jaque la continuidad misma del sistema democrático.

Biden prometió unificar una nación. Esto no sucederá mientras los perdedores no acepten la realidad de su derrota y los vencedores dejen de ignorar las justas preocupaciones de los vencidos. No hay reconciliación posible sin asegurar las reglas de la justa competición, ahora amenazadas por reformas electorales partidistas. Estados Unidos vive una guerra fría al interior de sus fronteras.

Fue necesaria una sangrienta Guerra Civil para que EU tomara el valor necesario para fundar una democracia funcional. ¿Será que es necesario tocar fondo para reencontrar el rumbo perdido?

La política es reflejo de los tiempos. El honor y el bien común no se entienden sin el respeto a la verdad y al servicio público por encima de los intereses personales y partidistas. El odio destruye y divide. No sólo serían necesarios liderazgos bipartidistas, como lo fue McCain o el mismo Biden, sino factores históricos aglutinantes para cambiar el rumbo. Hoy por hoy ni el patriotismo de antaño ante la amenaza del exterior figura como un posible aliado para el rescate de este país, que dista mucho de ser una verdadera nación.