Montserrat Salomón

Hasta nunca, Donald Trump

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón
Montserrat Salomón
Por:

Se acabó el juego. Donald Trump ha sido derrotado y abandonará la Casa Blanca. Entre rabietas, negación de la realidad y actos infames, el republicano dejará no sólo las funciones —descuidadas desde el día de la elección—, sino los poderes de hacer y deshacer a su antojo, dejándolo en una posición débil y ridícula ante el mundo. Lo peor no es el daño que hace a su persona, sino las heridas abiertas que deja en un país en el que los estallidos de violencia se dan en cada esquina.

Desde la elección, Trump y sus aliados presentaron alrededor de 50 demandas que fueron desestimadas una a una en tribunales. Esto, en medio de una incesante y peligrosa retórica en la que denunciaban un fraude masivo y un robo de la elección.

La Suprema Corte de Justicia dio el golpe final a los intentos de Trump de impedir que Joe Biden asuma la presidencia en unos días. En un breve y contundente comunicado se manifestó en contra de que siquiera se presentará la demanda promovida por el estado de Texas para desestimar los resultados electorales de cuatro estados cruciales para la victoria de Biden: Michigan, Pensilvania, Wisconsin y Georgia. La Corte afirmó que Texas no tiene derecho a manifestarse en contra de cómo llevan sus procesos electorales otros estados, por lo que la demanda simplemente no procedió. El más alto tribunal, con todo y su clara mayoría conservadora y los jueces nominados por el mismo Trump, se ha negado a seguir con el destructivo intento del republicano de dar marcha atrás a los resultados de la votación.

Toda esta propaganda e intentos vanos de negar la derrota están encaminados a la salida de Trump como una víctima de una conspiración. En estos días, según las últimas encuestas, ha logrado que más de 70 por ciento de los republicanos esté convencido de que las elecciones fueron fraudulentas. Así, gran parte de la población no sólo no levantaría las cejas, sino que justificaría que el presidente saliera de su puesto arrojando a diestra y siniestra perdones presidenciales para sus aliados, su familia e incluso para él mismo. Para Trump todo se resume en buscar el beneficio propio, aunque deje en ruinas la democracia.

En medio de una crisis económica y de salud sin precedentes, Estados Unidos se revuelve en un drama político sin sentido que ha dejado a la sociedad no sólo dividida, sino enfrentada. Ya se han dado casos de violencia entre manifestantes y el aún presidente parece feliz por esto.

Serán tiempos muy complicados para Biden y Kamala Harris. Su principal misión, unificar y sanar el tejido social estadounidense, estará entorpecida por la pandemia, la crisis económica y una crisis de legitimidad que no tendría por qué existir de no ser por la desgraciada, cínica y vergonzosa actuación de Donald Trump.