Cuando todos no es ninguno

FRENTE AL VÉRTIGO

Pedro Sánchez Rodríguez
Pedro Sánchez RodríguezLa Razón de México
Por:

La polémica desatada por el caso de Félix Salgado Macedonio y la protesta del movimiento feminista ha evidenciado un riesgo importante en la política de la Cuarta Transformación. Aún cuando la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena instruyó la reposición del procedimiento de evaluación para la candidatura para Guerrero, el candidato no perdió su posibilidad de participar. Peor aún, el 1 de marzo venció el plazo para que Morena pueda sustituirlo como candidato, a no ser que Salgado Macedonio renuncie.

Independientemente de que seguramente la contienda en Guerrero se cerrará, el partido oficial tiene ventaja y posibilidades reales de ganar. Esta simple posibilidad no sólo es lamentable, también es sintomática de una plataforma política que busca incorporar a mujeres y ancianos, pobres y clase media, en una base electoral guiada con un discurso mucho más amplio que el feminismo, el gerontismo y otros ismos. La estrategia es clara, aún cuando del todo más del 50% sean mujeres o pobres o el 20% sean ancianos, aquí no se representa a la suma de ninguno, sino al todo.

Esta estrategia es efectiva electoralmente. Las candidaturas de Morena se eligen por lo que opina la voluntad popular. Las encuestas, aseguran que el candidato que compite es el que prefiere la base electoral del partido. La definición preferida del Presidente sobre la democracia es que es en donde el pueblo manda. El pueblo pone y el pueblo quita. Poco importa si el candidato pesan fuertes señalamientos, lo que importa es que, si la mayoría lo ubica y prefiere en una encuesta, entonces es el candidato de Morena y posible gobernador de un estado. Esto no es nuevo. Es uno de los grandes inconvenientes que tiene la representación política en democracia y que tiene efectos colaterales como el hecho de dotar de poder político a personajes con una ética y actuar cuestionables.

El resultado de esta lógica es muy contra intuitiva, porque resulta en la elección popular de líderes políticos que representan características poco apreciadas y respetadas, frente a otros candidatos que no las tienen. Pero en el agregado esta claridad se diluye, permitiendo la participación de personajes que atentan contra la sociedad misma. Si debiese regularse, es algo que no le cruza por la cabeza a Morena. Su estrategia mayoritaria de Morena le reditúa tanto en el campo electoral como de la política pública, porque diluye las responsabilidades y señalamientos bajo el amparo de la democracia y la voluntad popular. Pero también diluye el vínculo representativo resultando en que el representar a todos, significa no representar a ninguno.