Rafael Solano

¿Cómo cierra el año político?

DE LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

Rafael Solano*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Rafael Solano
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En cerca de veinte días estaremos cerrando el año; en realidad el calendario político de 2022 está a punto de concluir en estos días.

La agenda política del Gobierno está incompleta, como antes hemos reflexionado, el Presidente ya no tiene la fuerza para pasar reformas constitucionales, sus tres proyectos de reforma, Eléctrica, Militarización y Electoral, han topado con pared o están en vías de verse reducidos o recortados sustancialmente. A 660 días del final de la administración, los proyectos presentados como prioritarios están viviendo complicaciones para su ejecución.

El modelo de comunicación de mañaneras ha venido perdiendo tracción política y la decepción de los electores va creciendo, como ya lo demuestran las últimas mediciones del encuestador Alejandro Moreno.

El Gobierno basa su capacidad electoral en la movilización a través de los programas sociales. Como antes lo investigó Carlos Luis Sánchez, de la UNAM, el impacto clientelar de los programas en la Jefatura de Gobierno de AMLO, estaba presente en 6 de cada 10 beneficiarios. Hace unos días, Reforma presentó una encuesta donde recupera el dato entre los beneficiarios de becas para estudiantes o pensión para adultos mayores, que estarían dispuestos a votar por Morena. Esto es equivalente, más o menos en términos electorales, a los 15 o 17 millones de votos, que son los que Morena logró movilizar a la revocación de mandato, y son los mismos que están dispuestos a votar por Marcelo Ebrard (33%) o por Claudia Sheinbaum (34%), de acuerdo a la misma encuestadora; es decir, con una participación promedio de entre 50 y 53 % votarían alrededor de 15 o 17 millones de electores por el candidato de Morena.

Difícilmente, el universo de movilización de Morena disminuirá en los siguientes 17 meses en los que vendrá la elección, parece más bien que la marca electoral ya está consolidada, pero probablemente también está topada y no se moverá mucho más arriba en el escenario de tres fuerzas que ya se están observando en la actualidad.

De acuerdo a lo que ha trazado públicamente la dirigencia de Morena, el candidato, camuflado en Coordinador de Defensa de la Transformación, se hará público en julio-agosto de 2023, poco después de la elección del Estado de México y Coahuila. López Obrador ha logrado que la consolidación de su partido y la candidatura esté en un punto donde puede controlar las decisiones electorales, ya que esos porcentajes le han pertenecido al obradorismo históricamente.

El otro 65 % se está disputando entre los otros dos bloques políticos, liderados hasta ahora por Movimiento Ciudadano y por el PRI. Hasta ahora la alianza PRI-PAN-PRD ha resultado un bloque de competencia y el Estado de México será su última prueba. Desafortunadamente, no han encontrado reglas y mecanismos para concurrir a la elección, los candidatos mexiquenses que se mostraron competitivos, hace algunos meses, han venido perdiendo potencia.

La narrativa de Va por México se ha encadenado al rescate del Estado de México; es común escuchar a analistas que participan en la alianza PRI-PAN-PRD diciendo que la elección del Estado de México es fundamental para la democracia. Sin embargo, las cosas no comenzaron bien y el priismo local se ha ido fragmentando en las regiones; por otro lado, el relanzamiento de Unidos, de Caudio X., terminó muy lastimado en los meses anteriores, mientras se continúan amplificando escándalos de corrupción del PRI y del PAN. Ya veremos si tienen la posibilidad de recuperarse de estos meses.

Por lo pronto, de acuerdo a las encuestas en vivienda (Enkoll, Buendía & Márquez, y Reforma) los candidatos presidenciales de la alianza PRI-PAN-PRD están en tercer lugar, y ninguno supera 22% de las preferencias. Hasta ahora han alzado la mano cerca de 17 candidatas y candidatos para abanderar Va por México, y todo indica que serán más. La baraja es muy amplia, pero poco competitiva.

El segundo bloque más competitivo en las encuestas en vivienda, rumbo a la Presidencia, lo abandera Colosio, de Movimiento Ciudadano (MC), quien se va perfilando como un aspirante fuerte y que cada vez aparece más en el ámbito nacional. Sus redes de simpatizantes cada vez son más evidentes en las redes sociales, poco a poco se le advierte más presente en términos de comunicación a nivel nacional, y pese a que muchos analistas afines al PRI y al PAN lo bajan y lo re-bajan, él —como diría el clásico— “ni se encarta, ni se descarta, sino todo lo contrario”. Por su parte, la dirigencia de MC ha establecido públicamente en su hoja de ruta hacer un corte de caja en julio de 2023, y trabajar con su comunicación política en torno al valor de la “alegría”, como identificador para incrementar sus números como partido en dos dígitos, lo que es un hecho es que sus estructuras políticas están creciendo en todo el país.

Si bien para MC la elección del Estado de México es importante, no la han hecho fundamental en su narrativa política, aunque no se debe perder de vista que su candidato, Juan Zepeda, ha demostrado competitividad en elecciones anteriores.

Es así como comienzan los partidos en el arrancadero de enero de 2023. La sorpresa es que los aspirantes presidenciales de los partidos tradicionales están en tercer lugar. La pregunta es ¿podrá Colosio y Movimiento Ciudadano consolidarse en el segundo lugar en los siguientes 8 meses, de cara al inicio del proceso electoral presidencial en septiembre de 2023?... Ahora sí, llegó la hora electoral.