Coyuntura en oposición

DE LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El 2 de junio de 2024 además de la Presidencia, habrá elecciones en 9 entidades federativas. Hasta hoy las encuestas preelectorales marcan que las gubernaturas se están disputando en 1º y 2º lugar de la siguiente manera: Chiapas (Morena-PVEM), Guanajuato (PAN-Morena), CDMX (Morena-PAN), Jalisco (MC-Morena), Morelos (Morena-PAN), Puebla (Morena-PAN), Tabasco y Veracruz (Morena-PAN-MC dependiendo del candidato), Yucatán (PAN-Morena).

En general lo que se observa es que, en Estado de México, Puebla y CDMX, los simpatizantes del panismo quieren la alianza PRI-PAN-PRD, mientras que en el resto del país el rechazo es enorme; por ejemplo, el rechazo al PRI es tan grande en Guanajuato y Yucatán, que es riesgoso para el PAN sumar los logotipos.

Si se observa desde una perspectiva de diputaciones federales, en 2021, el PRI pudo ganar 11 sin alianza, ubicadas en Coahuila (5) y en Nuevo León (6), estas últimas las va a disputar con un ascendente MC regio en 2024. El resto de las diputaciones que ganó se siglaron en alianza, 1 en Veracruz, 2 en Michoacán (incluida la de la capital) que puede recuperar el PAN, 8 en Estado de México, 2 en Jalisco que seguramente intentará recuperar MC, 1 en Hidalgo, 1 en Guerrero, 3 en Ciudad de México (que bien puede recuperar el PAN) y 1 en Chiapas.

Básicamente, si existiera una realineación MC-PAN, de entrada, el MC podría pasar de 7 a al menos 20 o 25 diputados de mayoría debido a la tracción que tiene en Jalisco y Nuevo León; en Veracruz, la fuerza de PAN-MC puede generar una tracción importante y recuperar entre 6 a 8 diputaciones de las zonas urbanas si logran llegar a un acuerdo con un buen candidato a gobernador, que tienen ambos bandos. Eso significaría para el PAN pasar de las 73 ganadas a entre 80 y 85 diputaciones de mayoría y, sobre todo, regresar a ser un partido superior a los 20 por ciento, contando las sigladas en CDMX que bien podrían ganar solos o abriendo a los ciudadanos.

Básicamente, estamos hablando de un juego de regiones, una alianza MC-PAN se convierte altamente competitiva en la Circunscripción 1 y 2, con posibilidad de reposicionarse en la 3. La alianza PRI-PAN, le permite al PAN competir en la región 4 y 5, básicamente en Ciudad de México, Puebla y la Zona del Valle de México, con la salvedad de esperar el resultado del 4 de junio; y con el riesgo de caer en Guanajuato y Yucatán, dado el fuerte sentimiento anti-PRI que se avizora en la elección presidencial, y que ha sido utilizado por Morena.

El argumento del PRI es que tiene al menos 17 por ciento de los votos asegurados con su estructura, sin embargo, en 2021 gobernaba 15 entidades representando a 44 millones de mexicanos, hoy le quedan 3 estados que representan 22 millones de habitantes, de los cuales están en juego 2, el Estado de México que representa 17 millones de personas y el 9.1 por ciento de la economía nacional y Coahuila que representa 3 millones de personas y 3.7 de la economía; es decir, el próximo 4 de junio, el PRI también se juega su capacidad operativa y su paso de partido mediano a partido pequeño; aunado a esta complejidad territorial y económica, la institución se ha venido endeudando, de tal manera que hasta noviembre de 2022, acumulaba una enorme deuda crediticia de 347 millones de pesos.

Por último, hoy el PAN gobierna cerca de 17 millones de personas y 13 por ciento de la economía, el MC por su parte 15 millones de habitantes y 16 por ciento de la economía; respecto al PRI, pronto sabremos cuánto representará a partir del 5 de junio; y a partir de ahí vendrán decisiones importantes entre los políticos y las fracciones. Habrá que estar atentos a las señales.