Salvador Guerrero Chiprés

Ciudadanía, estos veinte años

CIVITAS

Salvador Guerrero Chiprés *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Salvador Guerrero Chiprés
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La ciudadanía enojada, atemorizada, indignada, molesta, incluso furiosa, pero sobre todo organizada, se lanzó a manifestarse. A marchar. A concentrarse.

Todos vestidos de blanco, no de rosa, en una activa paz participativa impregnada de realismo, en una atmósfera saturada de noticias trágicas y tristes de miles de familias con severos agravios por parte de los delincuentes y eventualmente de autoridades inactivas, inhábiles o incluso corruptas aludidas en todo el país. Chachalaqueaba y pseudo gobernaba Vicente Fox.

La situación era grave y aun así empeoró con la administración de Felipe Calderón. Otra marcha, sin el impacto de aquélla, inmensa, pero a la tercera parte de la previa, nos reunió de nuevo en el 2008.

La mayoría de quienes marchamos en 2004 y en 2008 contra la inseguridad éramos segmentos de estratos medios y acomodados sin exclusión de ciudadanía de extracción popular. Nunca antes ni hasta ahora pudieron los más conservadores reunir tal capital cívico como aquel 27 de junio del 2004. Esa manifestación reunió cuatro veces más personas en contraste con los aproximadamente cien mil ideológicamente rosa-semejantes reunidos este domingo.

Hace 20 años quedó simiente para fortalecer organismos de la sociedad civil y generar otros como el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, el cual llega a sus veinte años este 22 de febrero. La absoluta prioridad percibida en la CDMX era la seguridad. Continúa el debate en este 2024 respecto de regiones encapsuladas por el crimen organizado y la ausencia de estrategia, carácter, inteligencia, recursos, salarios y una dinámica pseudocultural de la ilegalidad a la Peso Pluma.

En la capital nacional Claudia Sheinbaum Pardo generó una dinámica singular y extraordinaria en aprovechamiento tanto del cambio de régimen con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, como de políticas públicas sociales, así como lógicas de colaboración, denuncia y participación ciudadana desaprovechadas hasta el momento por muchas otras entidades. Demostró valor y determinación política para realizar detenciones de depredadores de alto impacto delincuencial.

Sheinbaum fue extraordinariamente generosa con el Consejo Ciudadano al abrirnos diariamente presencia en el gabinete de seguridad, una actitud mantenida en el gobierno encabezado ahora por Martí Batres. Lo hicieron las alcaldesas Clara Brugada y Margarita Saldaña con excepcional regularidad.

Capitalinos mayoritariamente de izquierda, expresiones progresistas e incluso neoliberales, defendemos más la democracia que la demagogia. Incluso la propia. También podemos reconocer en AMLO una inteligencia madura al referirse en su libro reciente al enojo propio como generador de ataques y señalamientos de intolerancia (p.89 de ¡Gracias!). Los de color rosa podrían aprenderle. El insulto y la furia rosa pueden ser un error. Aunque les genera espíritu de cuerpo, los encapsula en su minoría.