El PRI, el partido más castigado

El partido más castigado durante el pasado proceso electoral fue el PRI, al perder las ocho gubernaturas que tenía y no conseguir ni una sola de consuelo.

Lo anterior no significa noticia alguna, ya que después del desplazamiento sufrido en las urnas en 2018 no se esperaban mayores cosas de este partido que durante 70 avasallaba en los procesos electorales y que hasta 60 años después de su existencia perdió un gobierno estatal.

Y aunque todo parece ser derrota y abandono para el partido tricolor, hay visos de esperanza en su futuro, si es que hacen las cosas bien y no dedican su tiempo a lamentarse.

El líder nacional de lo que queda del PRI, Alejandro Moreno, “Alito’’, puso en riesgo la alianza legislativa que supuestamente tendrían PAN-PRI y PRD.

El PRI puede llamarse como el gran perdedor de la elección del domingo pasado; no pudo mantener ninguna de las 8 gubernaturas que tenía, incluso la de Campeche, que gobernó Alito 4 años antes de hacerse de la dirigencia nacional del PRI.

A pesar de los números adversos, Moreno se dijo dispuesto a dialogar con el presidente López Obrador “y con todas las fuerzas políticas’’, como una reacción a los dichos del mandatario de que Morena podría alcanzar la mayoría calificada -necesaria para las reformas constitucionales- sumando algunos diputados del PRI.

López Obrador simplemente dejó entrever que su partido podía “convencer’’ a algunos diputados del PRI para lograr la mayoría calificada. Tampoco fue un gesto amable de parte del mandatario, pues sin querer queriendo dejó entrever que los legisladores del PRI tienen unos principios muy blandengues, por decirlo de alguna manera.

Alejandro Moreno debería echar un vistazo a los acuerdos o compromisos firmados con otros partidos, gobernadores y empresarios. Ninguno de quienes participaron en esos acuerdos puede decir que sus términos se cumplieron.

El más reciente fue el acuerdo por la democracia y quién sabe qué más, mediante el cual los gobernadores y el jefe del Ejecutivo se comprometían a no intervenir en los procesos electorales. Al día siguiente el acuerdo estaba en el bote de la basura; el Presidente fue el primero en romperlo y luego siguieron toooodoooosss los gobernadores haciendo campaña por sus cuates.

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Y en la Ciudad de México fue difícil distinguir entre la corriente política de izquierda y de derecha. No se votó por ideología alguna. El sufragio fue de descontentos e inconformes contra los gobiernos morenistas.

De no ser guiados por líderes mediocres, los resultados de las elecciones hubieran sido diferentes para todos los partidos. En el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) los dirigentes desaparecieron. Los candidatos guindas esperaron, que por alguna circunstancia milagrosas, votaron por ellos. Los aspirantes a las alcaldías fueron abandonados por su partido. Esa situación la aprovechó la oposición para posicionarse.

Los resultados en la CDMX evidenciaron la pésima organización de Morena que no cuenta con liderazgo importante en la capital. Les pudo ir peor a los morenistas que pensaron que con su sólo nombre podrían llevar votantes a las urnas.

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Ricardo Monreal, uno de los pocos políticos mexicanos que conoce a los partidos políticos desde sus entrañas mismas, sabe de los oficios del Gobierno de la República y de los Gobiernos estatales, lanza su afirmación en el sentido de que no hubo mano negra del Gobierno Federal, para beneficiar a sus candidatos a puestos de elección popular.

El legislador lanza un mensaje de concordia a sus compañeros de partido, a quienes obtuvieron cargos de elección popular para gobernadores, gobernadoras, diputados federales, diputados locales y desde luego en presidencias municipales y alcandías como en la ciudad de México: Hay que cumplir con las promesas de campaña, aconseja Monreal.

“Pero debemos alegrarnos, porque dimos un paso muy importante: La decisión de la gente ahí estuvo, y los que obtuvieron triunfos muy importantes en el país, Morena tiene 17 estados gobernados a partir de estos resultados y Morena tiene 18 Congresos locales con mayoría de este partido y sus aliados”.

“Ahora hay que cumplir, ahora hay que hacer buenos gobiernos. Ahora hay que intentar construir una nueva gobernabilidad beneficiadora de la gente”.

A Morena le corresponde, ahora sí, iniciar una reforma profunda, renovando liderazgos, reestructurando, permitiendo la afiliación libre de los ciudadanos que deseen hacerlo y darle una sacudida al Partido para que sea un instrumento legítimo de defensa de nuestras instituciones y que sea un instrumento legítimo de acompañamiento de las políticas públicas del presidente de la República.

“Ahora le corresponde a Morena iniciar su proceso de reestructuración profunda”, concluyó el senador Monreal en su análisis de las elecciones del pasado domingo seis de junio, mismas que le fortalecen como líder que ha sido en el Congreso de la Unión.

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El manejo inadecuado de recursos públicos e ineficiencia de la administración actual, tras la aplicación de la política de austeridad, colocó en una situación endeble al aparato institucional y estructura del Estado mexicano para hacer frente a los retos que enfrentamos como sociedad.

Senadores y senadoras de Movimiento Ciudadano, presentaron un punto de acuerdo para solicitar a la Auditoría Superior de la Federación revisar el desempeño integral a la política de austeridad implementada por el Gobierno Federal.

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Los senadores dieron inicio al proceso para renovar la Presidencia de la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), cuya titular, Alejandra Palacios Prieto, concluye su segundo periodo al frente de este órgano, el próximo 10 de septiembre.

La Comisión de Economía, que preside el senador Gustavo Madero Muñoz, publicó en la Gaceta Parlamentaria el acuerdo por el que se regirá el procedimiento para dicha renovación y que prevé, para este 14 de junio, el desahogo de las comparecencias de la comisionada y comisionados que decidieron participar para ocupar la titularidad de la COFECE.

De esta manera, están programadas para el próximo lunes, las comparecencias de Alejandro Faya Rodríguez, José Eduardo Mendoza Contreras y Ana María Reséndiz Mora, comisionados que manifestaron su interés de participar en el proceso de elección.