Ubaldo Díaz

Revocación de Mandato, prioritaria para esta legislatura

LOS BAZUCAZOS DE UBALDO

Ubaldo Díaz
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Para senadores de Morena y para el mismo presidente López Obrador contar con una ley reglamentaria para la “revocación de mandato”, será un tema urgente, pues lo quieren aplicar para marzo del año próximo. Ricardo Monreal así lo ha planteado y entrará en las primeras sesiones que se inician a partir de hoy.

Ante los dimes y diretes surgidos en torno a la revocación de mandato, el jurista Diego Valadés hace una buena narrativa del tema. Todavía no es legal la revocación de mandato fijada para el año próximo, según afirma el jurista con amplio conocimiento de la Constitución.

De este periodo Con una extensa carrera en el ámbito judicial, el ministro jubilado Diego Valadés, recuerda que la ley reglamentaria debió adoptarse, a más tardar, desde marzo del año pasado.

No fue sino hasta hace unas cuantas semanas que el Senado de la República decidió entrar a la discusión de esa ley reglamentaria que tampoco pudo llevarse a cabo, ya que no hubo acuerdo para aprobar un período extraordinario en el que fuese debatida.

Con todo y ello, los coordinadores legislativos de MORENA consideran que el inicio del arranque de la nueva legislatura es una buena etapa para entrarle a la discusión del tema y en su caso aprobación de la ley reglamentaria de la revocación de mando.

Sin embargo, el jurista Valadés establece que para que el INE convoque a la revocación se requiere que al menos 2.8 millones de ciudadanos pidan en forma expresa la destitución del Presidente de la República.

Y para que eso suceda, los ciudadanos deberán establecer que el presidente incurrió en acciones u omisiones que ameritan su relevo.

De acuerdo con esta afirmación de quien fuese Procurador General de la República y del Distrito Federal, además de director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, las personas que firmen dicha petición deben precisar su deseo de que el presidente sea removido de su cargo.

Y es que, según Valadés, el eje de la revocación se encuentra consignado en el artículo 35 constitución, en el que se precisa que la revocación será convocada por el INE, a petición de los y las ciudadanos y ciudadanas, en un número equivalente al tres por ciento de los registrados en la lista nominal de electores.

Es decir, que los únicos que podrán emitir su solicitud serán aquellos que se encuentren registrados y no todos los ciudadanos si no cubren con ese requisito.

Con ello se tendrán que aportar las razones por las que se pide la revocación y que el Presidente deje el cargo. Mediante esta expresión ciudadana, el INE hará la pregunta que se requiere para ello, mediante las que prevea la ley.

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Ante la sanción impuesta al Gobernador de Oaxaca por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por haber dado a conocer un video informativo en una reunión privada, Alejandro Murat Hinojosa criticó la decisión del TEPJF y manifestó estar en favor de una Reforma Electoral que permita modernizar la democracia mexicana a través de una legislación clara y acorde con los tiempos que vivimos. "Yo respeto la Ley, pero en México queda claro que hoy es necesaria una Reforma Electoral. Comparto la opinión del Presidente López Obrador en este sentido", sostiene Murat Hinojosa.

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Lo ocurrido hace dos días con los alcaldes electos de la oposición que trataron de entrar a la sesión extraordinaria del Congreso de la CDMX, es la primera mancha la gestión de Martí Batres como secretario general de Gobierno. Aunque la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum ahora señala que para entrar al Congreso Local hay que pedir permiso, hecho que es insólito.

Luego del zafarrancho en el que resultó herida la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón, Batres dijo que “si los alcaldes le hubieran avisado’’, les habría facilitado el acceso.

Hay en tales palabras un dejo de cinismo, pues claramente Batres sabía que los alcaldes de oposición iban al Congreso citadino para tratar de frenar una iniciativa que los obligaba a pintar de guinda patrullas e inmuebles de las corporaciones de seguridad.

Además, de otras modificaciones a ley que atentaban contra la libre determinación de las alcaldías y eran contrarias a la propia constitución local.

Ahora está por verse si los alcaldes de oposición se presentan a las citas que tienen agendadas con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para los días 2 y 3 de septiembre.

Mal, muy mal inicia la que debería ser una relación ejemplar por los ciudadanos entre el Gobierno de la capital y sus alcaldes. Pero a eso llegó Batres a la secretaría de Gobierno a actuar como golpeador a las y los alcaldes de oposición.

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A tres años de la sucesión presidencial, los partidos de oposición no tienen cuadros que encabecen una candidatura común para el PAN, PRI y PRD. En contraste, sobran candidatos en el partido Movimiento Regeneración (Morena). Tampoco se ven caras nuevas en las dirigencias partidistas.

Sin embargo, las luchas internas por el poder político se agudizarán en los próximos años. En el presente, las pugnas son entre grupos de políticos que extrañan viejos tiempos.

En el Revolucionario Institucional, su dirigente Alejandro Moreno (Alito o Amlito), no logró llevar la paz ni la unidad a su partido.

Además, no pudo someter a uno de sus principales adversarios, el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, convertido en promotor de escándalos políticos.

La renovación o transformación del tricolor quedó en un simple deseo. Se quedó solo Alito. El es, ahora, el único responsable del futuro priista.

Sus paisanos lo acusaron por presunto enriquecimiento ilícito, en la adquisición de 16 inmuebles en la citada entidad. En el PRI la falta de líderes se notó desde las elecciones presidenciales de 2018. En sus filas no encontraron al priista que los representara. Fue necesario acudir a José Antonio Meade, ajeno al partido, para hacerlo candidato. Todo un fracaso.

¿Qué viene para el tricolor? ¿Renovación, reconstrucción o resurrección? ¿Continuará su alianza con el PAN y el PRD? En el Partido Acción Nacional hay suficientes precandidatos. El problema en esa organización política estriba en que no tienen líderes jóvenes. Hoy no se ve un político fuerte para encabezar el movimiento del 2024, pues Ricardo Anaya todavía se ve chico para competir por la presidencia.