9 de marzo, coincidir o sólo convivir

9 de marzo, coincidir o sólo convivir
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Más allá de las diferencias sobre el 9 de marzo, hay algo significativo: el hecho de que el tema ya es de la atención de la sociedad.

A estas alturas pareciera que muy poca gente no está enterada del 9 de marzo, se comparta o no. La fecha ya está en el imaginario colectivo como un momento importante y, como fuere, los ciudadanos nos hemos ido formando una opinión sobre los motivos del lunes 9 de marzo, que ya es una fecha inédita y trascendente. Lo que cada vez está más claro, es que las mujeres están echadas a andar para manifestarse de la manera en que lo encuentren posible.

Habrá quienes no vayan a trabajar, habrá quien salga a las calles a protestar y a hacerse ver, habrá quien vaya a trabajar y, a su manera, se manifieste. Lo que hoy parece un hecho, es que todo el país está enterado y, de alguna, u otra forma quiere participar y estar.

El caso de Fátima nos hizo a todos conscientes de la violencia de género en el país; ha sido reconocer en un hecho tan brutal, doloroso y triste, la realidad que viven las mujeres en todo el país.

Lo que también va quedando claro, es que no se vislumbra la posibilidad de consensos. Día que pasa, día que se agudizan las diferencias, confrontaciones y puntos de vista encontrados.

El Presidente no ha dejado pasar una mañanera, las cuales, por cierto, ahora llama “pedagogía política” para destacar su visión sobre el tema y cuáles son los motivos para hacer del 9 de marzo, un día diferente en la vida no sólo del país, sino, sobre todo, de las mujeres.

Mientras el Presidente no asuma una actitud diferente, con todo y las diferencias que tiene con los grupos “neoliberales” o “conservadores”, la confrontación no va a parar; lo que estamos viendo es exactamente lo contrario.

No tiene sentido imaginar que el Presidente tuviera coincidencias con estos grupos, a pesar de sus muchos devaneos sobre ciertos temas de la mujer. Lo que sí puede hacer, y está en posición de hacerlo, es conciliar con un discurso que busque hacer ver la relevancia de lo que se está viviendo.

Es momento para colocarse como defensor y aliado de las mujeres, sin importar quién pudiera, eventualmente, estar detrás de las causas, las cuales, en su esencia, debieran llevarnos a consensos.

El Gobierno ha defendido como una de sus importantes estrategias, diferenciarse del pasado; “no somos iguales”, dice el Presidente al primer pretexto que encuentra.

Tiene lógica la insistencia de López Obrador. Más allá de la evaluación que ya se está haciendo de su Gobierno, es indudable que una parte del pasado nos condena. Sin embargo, la lógica indica que conciliar en este tema no significa cambiar la estrategia de fondo; entre otras cosas, porque el Gobierno está tomando vías diferentes de lo que habíamos visto y vivido por lo menos en los últimos 40 años.

No alcanzamos a apreciar que se encuentren caminos de entendimiento. Suponemos que cada quien tomará su ruta el 9 de marzo, y que los intentos de unidad nacional ante una situación al límite no se van a cumplir. A lo que hay que apelar, a estas alturas, es a la convivencia, más que a la coincidencia.

Es un enigma lo que puede pasar. Todas y todos estamos ante lo inédito, pero también se ha ido construyendo una conciencia colectiva, fundamentalmente entre las mujeres, que alienta y posibilita a que el 9 de marzo sea un día que, sin importar dónde nos encontremos, sea para reflexionar e imaginar construir transformaciones ante lo que hemos vivido a lo largo de milenios.

Lo ideal sería coincidir y convivir; como van las cosas, esperemos que al menos se alcance lo segundo.

RESQUICIOS.

El portero del equipo León, Rodolfo Cota, tuvo un gran gesto de solidaridad al final del partido contra el Necaxa el sábado pasado. Se quitó su suéter para mostrar su playera, que tenía alusiones a la defensa y solidaridad con las mujeres. Se especuló que los de pantalón largo iban a hacer de las suyas; al final ganó la sensatez y la solidaridad de un muy buen portero.