Roma en un día

Roma en un día
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Roma.- Como en muchas otras ciudades de Europa, la capital de Italia está abrumada y beneficiada por el turismo. Ni cómo evitarlo, porque significa una muy importante fuente de ingresos para la ciudad y el país.

Entre que a muchos romanos ya no les gusta vivir en el centro de la ciudad y que la misma dinámica urbana los va expulsando, la enorme zona del maravilloso centro histórico se ha ido convirtiendo en espacios para los turistas, tiendas, restaurantes en las calles, vendedores ambulantes y migrantes.

La revoltura, a la que se suma el brutal tránsito, no le quita ni por asomo lo maravilloso a la ciudad. Roma ya es así y difícilmente va a cambiar su dinámica.

Lo que sí está provocando el fenómeno urbano es que mucha gente trate de vivir en las afueras de la ciudad, en donde la división de clases es parte de las contradicciones de la cual difícilmente las grandes urbes se pueden abstraer.

A Italia se le ha aparecido la migración como un problema con el cual no se ha podido dar abasto. Aunque se haya ido diluyendo, existe en el país una fuerte controversia sobre el qué hacer con los migrantes. A esto se suma el hecho de que con cierta razón en Italia sienten que durante un buen tiempo los dejaron solos. Italia tenía que recibir a los migrantes y mantenerlos, mientras ellos decidían a qué país se dirigirán como destino final, los menos se quedan en el país.

Han sido inevitables las muchas miradas sobre los migrantes, muchas de ellas bien conocidas por nosotros. Las dosis de racismo están presentes e incluso han llegado hasta el Congreso.

Los migrantes andan por todas partes. La mayoría de ellos vive en las afueras de la ciudad bajo condiciones particularmente desfavorables, no hay manera de que sea diferente. La historia de los migrantes es similar, con sus matices, a cualquier experiencia que pueden tener en el mundo.

Huyen de sus lugares de origen por factores diversos, entre los que están la situación política, la inseguridad y sobre todo la pobreza. Es la constante bajo la cual se expresa la migración.

Para Italia el tema ha sido particularmente complejo porque a lo largo de estos años ha estado inmersa en sus recurrentes crisis políticas, en las que los primeros ministros pueden llegar a durar un mes en el cargo.

Algo que distingue a esta nación, por más crisis políticas que viva, es que el país camina, como me dice un buen amigo, “a pesar de nuestros políticos”. Con todos los cambios de gobierno desde la Segunda Guerra Mundial, lo lógico sería que Italia estuviera bajo condiciones adversas en todos los sentidos, pero no es así.

Siguiendo la experiencia española, en menos de dos años llevan cuatro elecciones tratando de formar un gobierno, mucho se cuestiona el modelo democrático bajo el cual se vive. Las preguntas van y vienen, lo que no hay, por lo menos por ahora, son respuestas. El cuestionamiento termina por ser no sólo por lo que pasa en España e Italia, muchas otras naciones andan en la misma y bien podríamos colocar a la nuestra en esa lista.

Los cuestionamientos tienen que ver con los acuerdos para la gobernabilidad y los términos de la representatividad. En Italia, con todo y la gran tradición de estudiosos y analistas de la política, mucho de lo que pasa en el país es un galimatías, pero reconocen que a pesar de los muchos cambios políticos la sociedad logra en su cotidianidad estabilidad y desarrollo.

Lo que será eternamente deslumbrante es como el arte y la historia se conjuntan en esta maravillosa ciudad. Los romanos, en medio del abrumador turismo, son particularmente orgullosos de su ciudad, a la que defienden y presumen.

En medio de debates sobre migración, derechos humanos, instituciones autónomas y periodismo, la posibilidad de admirar y estar en esta ciudad es oportunidad de vida.

RESQUICIOS.

Existe una genuina inquietud por la inseguridad en México. ¿Cómo le van a hacer para cambiar las cosas? Por estas tierras López Obrador mantiene su popularidad y las expectativas.