Los migrantes, las nuevas rutas y su desesperación

Los migrantes, las nuevas rutas y su desesperación
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Entre las presiones de EU por darle un giro a la migración en el país y por la necesidad misma que tenemos de cambiar las políticas migratorias ante los nuevos escenarios, se pierde de vista el fenómeno que se está presentando en la dinámica de movimiento de los migrantes.

Después de todo lo que viven y padecen desde sus países de origen, es obvio que son capaces de hacer lo que sea con tal de alcanzar su objetivo; es una vieja y repetida historia.

La agudización de los escenarios, particularmente el cierre de fronteras, y los problemas que se viven en Honduras, El Salvador y Guatemala han creado condiciones nuevas y más problemáticas.

Cerca del 70% de los migrantes toman la decisión de migrar debido a lo que viven en sus ciudades de origen. El entorno de inseguridad, intimidación y violencia son las constantes en la toma de decisiones. El otro 30% ronda sobre un factor también de importancia: la desesperada situación económica bajo la cual viven muchas familias.

La razón por la que la migración está siendo familiar, a diferencia de lo que pasaba hace algunos años, es que se han dado cuenta de manera brutal que dejar a sus parejas, padres e hijos es igual o de mayor peligro que migrar.

Cuando un migrante o una familia decide dejar la casa, la primera que se entera es la delincuencia organizada, los delincuentes del orden común, las pandillas e incluso, los políticos locales, quienes sí ven al eventual migrante como opositor, con todo lo que esto puede significar, terminan por agredir a todos los integrantes de su familia y en el camino, a sus más cercanos.

Algunos de los testimonios escuchados estas semanas son dolorosos, tristes y desesperanzadores. No estaría por ningún motivo de más, parece más bien ser una obligación, que las autoridades estén plenamente al tanto de ello y que no se la pasen bajo la consideración de que los migrantes son números que reportar; y en que hay que quedar obsesivamente bien con el vecino antes de 45 días. Para Donald Trump, López Obrador es un gran Presidente; dice que “está haciendo un trabajo formidable”, porque hace lo que le exige y que pocas veces pide o solicita.

Los migrantes viajan con todo y con todos como mecanismo de salvación colectiva. Intuyen, muy pocas veces saben a ciencia cierta, a lo que se van a enfrentar, pero algo sí saben en carne propia quedarse en sus ciudades ellos y sus familias tiene riesgos de vida o muerte.

En la desesperación de saberse cada vez más acorralados, muchos de los migrantes han empezado a buscar nuevas rutas para tratar de llegar a EU. Están buscando, además, materialmente esconderse de las autoridades mexicanas, las cuales han diseñado nuevas estrategias para cerrar el ingreso y movimiento dentro del país.

Los migrantes viven en el riesgo con las nuevas rutas o con las conocidas. La desesperación los lleva a tomar decisiones al límite y son capaces de jugársela ante lo que tengan enfrente.

Quienes se encargan de encontrar o inventar las “nuevas rutas”, son los polleros; de eso viven. De los tiempos en que los migrantes se subían a La Bestia, en general no lo han dejado de hacer, aunque ahora es en menor número y que podía costarles la vida sin que se pudiera saber qué fue de ellos; estamos entrando a otro doloroso drama por las nuevas rutas.

Como no hay forma de tener un registro preciso, la frontera sur es brutalmente porosa, no se sabe por dónde se mueven y qué rumbos toman los migrantes. Se podría entrar en una especie de hoyo negro, como pasa con quienes cruzan la línea, vía el Sásabe, para pasar del desierto de Sonora al de Arizona.

Es un tema integral que no sólo es de números, detenidos y de cumpli,r con tal de que no impongan aranceles.

RESQUICIOS.

La Ley de Austeridad deja en las atribuciones del Presidente el destino de los ahorros; “de una u otra manera ya es una facultad del Presidente…”; o sea, sigue siendo la “caja chica”.