Territorios de furor electrónico
Con los juegos de las maquinitas tragamonedas la industria del entretenimiento obtiene un redituable negocio que se expande por la ciudad. Varias generaciones de chilangos comparten la afición a este esparcimiento. Es común ver a jóvenes, niños y adultos pasar horas hipnotizados frente a las imágenes, luces y sonidos de los cautivadores aparatos.
Hay establecimientos dedicados exclusivamente a ofrecer este pasatiempo y otros, entre los que se cuentan tiendas y farmacias, lo incluyen como un extra a su giro comercial. La tecnología no para en desarrollar nuevas y sofisticadas versiones para satisfacer el consumo de la gustada diversión.
Los artefactos provocan emociones tan intensas y placenteras que en ocasiones pueden generar adicción. Debido a ello, las autoridades han intentado regular su funcionamiento sin resultados tangibles. Al final del día, la manera de divertirse es una decisión personal.
[caption id="attachment_1112482" align="alignnone" width="696"] Siempre centellantes, las insaciables maquinitas devoradoras de dinero esperan la llegada de los ávidos aficionados.[/caption]