¡Ahorita Sí!

¡Ahorita Sí!
Por:
  • monica-garza

En la calle Tamago de la colonia Vallejo se escucharon gritos furiosos —sí furiosos—, de mujeres que exigían justicia por lo ocurrido en ese domicilio donde se dieron cita: el brutal feminicidio de Ingrid Escamilla.

Y es que no sólo la muerte dantesca de la joven era el reclamo, sino el golpe de indiferencia recibido, como un regalo de San Valentín amargo, irónicamente de parte de otra mujer.

“Ahorita no” fue la respuesta de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México cuando un reportero le pidió un mensaje para los grupos feministas que ese día tomaban las calles de la capital: “Ahorita no”, dijo…

¿Entonces cuándo? nos preguntamos todos…

Ahorita sí, porque apenas intentábamos recuperarnos de la muerte de Ingrid, cuando el nombre de Fátima brincó para mostrarnos más de esta realidad que duele, incomoda y que cada día se nos complica más.

Ahorita sí, porque casi el 20 por ciento de los secuestros ocurridos entre 2018 y 2019 tuvieron como víctimas a mujeres. 740 fueron privadas de su libertad.

Ahorita sí, porque la llamada “capital de las libertades” fue también la tercera ciudad con mayor cantidad de feminicidios en 2019.

Ahorita sí, porque la Red por los Derechos de la Infancia en México registró 12 víctimas de trata de menores de edad cada mes en el último año, de las que 7 eran mujeres.

Ahorita sí, porque 98 niñas fueron víctimas de este delito el año pasado, lo que significa que la incidencia aumentó 96% desde 2015.

Ahorita sí, porque México ocupa el primer lugar, entre todos los países de la OCDE, en abuso sexual infantil, pues cada año cerca de 5 millones de menores son violentados de esta forma.

Ahorita sí, porque de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía de 100 casos denunciados de abuso sexual a menores, sólo 10 van a juicio y de ésos, sólo uno llega a condena:

18 años de cárcel será la pena máxima para quien abuse sexualmente de un menor. Así lo avalaron las y los diputados esta semana, junto a un aumento a la pena por feminicidio que pasó de 60 a 65 años. Es decir sólo se incrementó cinco años más.

[caption id="attachment_1108384" align="alignnone" width="696"] Feministas protestan en las inmediaciones del diario La Prensa, el 14 de febrero pasado. Foto: Cuartoscuro[/caption]

Porque aunque a muchos —y sobre todo a muchas— sorprendió eso de que “los feminicidios y la violencia de género son culpa del neoliberalismo”, otros lo replicaron orgullosos en redes sociales y sobremesas.

Otros más —ya envalentonados— mezclaron de manera insalvable agendas distantes, incomparables, como muestra inequívoca de una pobre empatía, pero enorme urgencia por cavar un túnel bajo arenas movedizas…

“La #4T acabó con el régimen de corrupción y de privilegios. Es una transformación feminista, por los DDHH, por la defensa de la naturaleza y de los animales” escribió en su cuenta de Twitter el vocero de la presidencia Jesús Ramírez Cuevas.

Mostró poca sensibilidad, responsabilidad y entendimiento, para tratar el tema de la violencia de género en uno de sus momentos más sensibles.

“No porque vinieron a hacer una manifestación yo voy a renunciar a mis convicciones de siempre”, dijo el Presidente López Obrador en la penúltima mañanera de esta semana, refiriéndose a las manifestaciones contra su intención de “moralizar” al país.

Pero el mensaje de los grupos feministas es igual de claro, tampoco cambiarán sus convicciones, no lo harán las mujeres, ni las víctimas sobrevivientes, los familiares ni los amigos de aquellas que ya no están…

El estruendo feminista que ha tomado las calles de México —como nunca antes—, la solidaridad que se ha vestido de verde, morado y rosa para salir a protestar con fuerza, ha sido hasta ahora la mejor manera en la que el Estado, los medios y la sociedad realicen que la violencia de género está destruyendo familias y vidas.

Es muy probable que el próximo Paro Nacional de Mujeres del 9 de marzo nos de una fotografía sin precedente.

Un día que de acuerdo al Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección, de llevarse a cabo en su totalidad entre la fuerza productiva femenina (40% del personal de las empresas de México), costaría a la economía mexicana más de 26 mil millones de pesos.

Somos 61 millones de mujeres que merecen una vida digna y libre de violencia. ¡Ahorita sí! Porque la ola feminista es hoy la verdadera oposición.