2020, el año clave en el proyecto de AMLO

2020, el año clave en el proyecto de AMLO
Por:
  • rodrigo lopez

2020 es el año clave en el proyecto de la Cuarta Transformación. Pasado ya un año en el que el presidente pidió paciencia a sus seguidores, 2020 está en la víspera de las elecciones intermedias más grandes de la historia.

Por eso, este año será recordado como el de la consolidación de la 4T, o inició de su debacle.

A diferencia de 2019, la referencia inmediata, tanto discursiva como estadística, será el propio gobierno de AMLO. Si bien es irreal esperar un fin absoluto a la violencia y la inseguridad, habrá muy poco que argumentar si en 2020 el número de asesinatos en general, feminicidios y delitos de alto impacto en particular, no refleja una mejoría.

Lo mismo con la economía. Por más que busque minimizarse la importancia del crecimiento económico y se pida paciencia argumentando que es necesaria frente a un “cambio profundo de régimen”; si los números, y más importante, si la situación económica de la mayoría de los mexicanos no mejora, será muy difícil defender el camino tomado.

Y esto toma particular relevancia porque, al terminar el año, estaremos arrancando el proceso electoral intermedio más grande de la historia de México.

No sólo se renovarán los 500 diputados federales, sino que habrá elecciones para elegir 13 nuevos gobernadores, además de alcaldes en los estados con los padrones electorales más grandes del país.

Durante todo 2019 AMLO jugó, con toda astucia, con su mayor ventaja: la referencia inmediata era la del gobierno peor evaluado de la historia reciente de México: el de Enrique Peña Nieto. Pero a partir de 2020, AMLO no sólo compite con el pasado, sino que compite ya contra sí mismo.

Si el número de asesinatos en 2020 es mayor que en 2019 ya no podrá atribuirse a las dificultades “naturales” de un cambio de modelo, simplemente el modelo estaría fracasando. Y con miras al proceso electoral de 2021 esto es clave.

Es previsible que el eje de todas las campañas electorales de Morena, en 2021, seguirá siendo la figura de AMLO. Un presidente debilitado orillaría a los candidatos locales de Morena a competir con su capital político propio, algo mucho más complicado.

Para la oposición, la oportunidad no está sólo en construir el discurso de que la administración de López Obrador ha fallado en alcanzar las expectativas, sino en posicionar que pueden ofrecer algo mejor. Y para eso, el comparativo con el pasado no será suficiente.

Desde lo local, es urgente el surgimiento de figuras frescas que puedan abanderar, creíblemente, una alternativa de un futuro mejor. Apostarle sólo al desgaste del gobierno podría debilitar a Morena, pero empujar el abstencionismo.