Tiempos gandallas

Tiempos gandallas
Por:
  • Carlos Urdiales

Instaurar un nuevo régimen es la proclama de la 4T; su trayecto pasa por adueñarse de órganos autónomos del Estado, por romper resistencias institucionales y en algunos casos, hasta democráticas; medios de comunicación se han convertido, dice el mantra transformador, en adversarios y vestigios de cualquier oposición es tachada de conservadora, se le anula moralmente y se le pasa por encima.

La contención partidista está descabezada, el PAN es el último reducto pero no es contrapeso; en el PRI el miedo de sus supervivientes a pisar la cárcel es tan grande, que amansa a los más bravos e incentiva las más locuaces machincuepas parlamentarias para apoyar a Morena aun votando, aparentemente, en contra de una moción-fachada como ocurrió con la elección de Rosario Piedra para la CNDH.

A pesar de leves descensos en encuestas de popularidad por la deuda oficial en materia de violencia e inseguridad, la gasolina para la 4T le continúa llegando a través del bienestar microeconómico. En contraste con las pésimas cifras macro, en el último año se han creado 371 mil nuevos empleos registrados ante el IMSS, esto representa un incremento anual de casi 2 por ciento, pero lo más significativo es el aumento en la masa salarial, la cual creció 6.8 por ciento. Ese bienestar, a nivel tierra, soporta la dura instauración de un régimen sin oposición articulada al frente.

El juicio a Evo en el espejo nacional. La presencia en nuestro país de Evo Morales polariza (como si hiciera falta) a los mexicanos. Hay quienes lo ven como un tirano, un dictador; hay quienes le reconocen bondades sinfín y hasta mantenerlo quieren con dinero de sus bolsillos. Van algunos datos para matizar opiniones extremas y ponderar juicios absolutos.

De 2006 a la fecha, Bolivia pasó de ser el país más pobre de América, a ser el de mayor crecimiento en la región. Durante el mismo lapso, Bolivia incrementó su PIB en 400 por ciento. El salario mínimo aumentó mil por ciento. Se creó la pensión para adultos mayores (65 años y más) y se establecieron becas para todos los estudiantes.

Se nacionalizaron las industrias Gas y Agua de Bolivia y el acceso a la energía y al líquido fue establecido como derecho fundamental, con lo cual, se blindaron en contra de cualquier nueva privatización. En Bolivia el analfabetismo pasó de 22.7 a 2.3 por ciento. Se hicieron más de 25 mil kilómetros de carreteras, se construyeron y equiparon 134 hospitales; 7 mil 200 centros deportivos populares. Hoy, la mitad de los cargos públicos en Bolivia son ocupados por mujeres, de las cuales el 68 por ciento son indígenas.

A nivel industrial lo más importante fue la construcción de 12 fábricas nacionales de litio (el mineral más valioso de la tierra, esencial para la fabricación de baterías lo mismo para celulares que para automóviles eléctricos). Las reservas bolivianas de este material están entre las más importantes (y apetecibles) del planeta.

Entonces ¿por qué cayó Evo Morales? Observadores opinan que la primera causa gira alrededor de el valor estratégico-global de los yacimientos de litio. Evo negoció con China, no con Estados Unidos.

La segunda, según los mismos analistas, fue creerse eje indispensable de su movimiento emancipador (transformador). Cayó en el error de borrar contrapesos, aplastó a la oposición, cooptó órganos autónomos, creyó que con su popularidad, extender sus mandatos era algo natural; incurrió en aquello del Rey Sol, Luis XIV de Francia, “el Estado soy yo” y después de mí, el diluvio.

Evo Morales no institucionalizó la transformación de Bolivia, su reivindicación indígena (popular) se cimentó sólo en él. Ante el embate de intereses extraterritoriales capaces de operar a nivel interno desestabilizaciones sociales, Evo se arrinconó, su “legítima” ambición lo perdió. Estados Unidos dinamita la edificación de un eje de centro izquierda continental conformado por Argentina, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Cuba y México.

Análisis que enriquece no sólo el juicio sobre Evo Morales sino también sobre las rutas, pecados y virtudes de una 4T en jauja. El avasallamiento interno, el exceso ideológico, la imprudencia populista son debilidades que se construyen intramuros. La falta de visión y equilibrios externos crean espejismos.