El juguete mexicano, liquidado por Mattel

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Foto: larazondemexico

Yuliana García

yuliana.garcia.razon@gmail.com

Generaciones enteras crecieron con el jingle: "Llora, llora y mueve sus manitas, sólo se contenta llevándola a pasear. A comer, a bañarse, a dormir, es Lagrimitas Lilí...". Jugaron con la máquina de raspados, la serie de figuras de Star Wars y con los cientos de modelos de Los Aventureros de Acción. Sin embargo, estos juguetes son ahora leyenda y parte de una exposición que se exhibe en el Museo del Juguete Antiguo México (Mujam), ya que el gigante del plástico, Mattel, llegó y arrasó con la producción más importante de juguetes de México, aniquilándola por completo y sacándola del mercado.

Es la única colección de este tipo. Más de 1,400 barbies, en su mayoría mexicanas, se exhiben hasta el 6 de octubre en el museo que, desde hace tres años, resguarda un surtido inmenso de más de un millón de juguetes viejos. Un ejemplar de la Familia Burrón de 1967, historietas de Cepillín y un Space Travel Monkey son algunos de los objetos que aparecen en la muestra del arquitecto Roberto Shimizu Kinoshita, quien desde hace 55 años es un coleccionista de “las cosas chachareras de México que nadie se ocupó de guardar”.

“Me tocó vivir una época de México particular. El gobierno había restringido las importaciones para incentivar la industria nacional. La Época de Oro, una época de nacionalismo extremo. Teníamos la música mexicana. Habían muchas manifestaciones culturales. La pintura de Orozco, Diego Rivera, Siqueiros. Todo evocaba un nacionalismo en exceso. Y tenemos recuerdo de eso, todo está en libros, en fotos, sin embargo hubo una parte descuidada”, cuenta conmocionado Shimizu, director y creador del museo.

La muestra además de evocar épocas, generaciones y juegos del pasado, revalora la labor de la industria del juguete mexicano décadas atrás. “Los fabricantes mexicanos siempre tuvieron en mente hacer juguetes para que los niños se divirtieran, que jugaran con otros niños. El problema de los juguetes de la época actual es que se hacen primero para ver cuántos se van a vender y ver después cómo enganchamos a los niños. Además ahora todo es Hecho en China y los juguetes mexicanos dejaron de fabricarse”, analiza.

Por su lado Lino Martín Lugo Córdova, el dueño de la única colección que existe en el mundo sobre la barbie mexicana, explica que su necesidad por almacenar todas las piezas creadas por la Compañía Industrial de Novedades Plástica y Metálicas S.A. (Lilí Ledy) empezó por su gusto muy particular por aquellas muñecas, pero luego la afianzó su nacionalismo y sus ganas de ensalzar los productos hechos en este país.

El originario de Los Mochis, Sinaloa, consiguió hace 15 años a Bárbara parlante, la primera pieza de su vasta colección, la cual cuenta, fue parte de la revolución femenina de finales de los años sesenta. “Aunque Barbie internacional ya existía, Lilí Ledy creó la versión mexicana, a Bárbara Millicent Roberts, una muñeca que cambió la perspectiva del papel de la mujer en este país. Fue la primera que hablaba de inteligencia, ya que era parlante. Se dio a la tarea de retratar a una mujer capaz, interesante, profesionista y visionaria”.

Lugo Córdova resalta que “aunque los conceptos son extranjeros, esta muñeca fue elaborada en Naucalpan y Tlanepantla, en el Estado de México, por mexicanos, con materiales mexicanos y costureras mexicanas”.

Sobre los festejos centenarios que están en puerta, Shimizu considera: “nos debemos olvidar de los héroes y de la revolución y analizar los últimos cien años. Si vamos a llegar al tricentenario, a 2110 y vamos a jalar otra vez a Hidalgo, a Zapata y a Morelos, estamos perdidos”.

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