Miedo o reto... ¿A qué nos enfrentamos al consumir contenido hecho con Inteligencia Artificial?

Un par de series de imágenes dieron la vuelta al mundo recientemente. La primera, mostraba al papa Francisco caminando y bailando por las calles del Vaticano vistiendo modelos de Balenciaga. La segunda serie la protagonizaba Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, vistiendo uniforme naranja, como si estuviera preso. 

Los comentarios fueron alarmantes para quienes no tenían el contexto del uso de la Inteligencia Artificial en ambas series. Por un lado, condenaban el hecho de que el papa estuviera portando una prenda con un valor monetario excesivo y otros más celebraban que "por fin", Trump hubiera sido encarcelado. 

¿A qué nos enfrentamos con el uso de la Inteligencia Artificial para hacer este tipo de contenidos? ¿Cuál es el reto que se nos presenta ante nosotros para poder diferenciar lo real de lo elaborado mediante una IA? ¿Cómo podremos confiar de un contenido hecho con IA, sin tener la advertencia de que fue hecho con esta tecnología? 

Si desconfías, corrobóralo

Desde antes de la llegada de la Inteligencia Artificial, o mejor dicho, desde antes de su uso indiscriminado, ya era imperante tener que corroborar la información que llega a nosotros, sobre todo ahora con las redes sociales. Hay datos que al parecer ridículos o sacados de contexto, se corroboran con las principales fuentes. Ese es el primer paso para actuar y comenzar a diferenciar el contenido que llega a nosotros: dudar. 

Las imágenes del papa siendo modelo de Balenciaga eran por demás dudosas y aún con eso, muchísima gente decidió creer que las fotografías eran reales. En las escuelas, sobre todo, se han desarrollado varias herramientas que ayudan a la detección de contenido generado por la Inteligencia Artificial. 

Las herramientas, que han sido desarrolladas pensando en corroborar si los ensayos, las tareas o incluso las tesis de los alumnos en varias escuelas son genuinos, ahora son para uso del público en general. Open AI, por ejemplo, tiene un clasificador de Inteligencia Artificial que te ayuda a distinguir entre un texto escrito por humanos y otro escrito bajo esta tecnología. Hay otra herramienta llamada DetectGPT, que aunque está en su etapa inicial de desarrollo, también ayuda a saber si un texto es -o no- realizado por humanos. 

Se necesita una advertencia específica

Y es una realidad. De verdad que es necesario que el contenido que se hace con Inteligencia Artificial, lleve una advertencia específica para evitar que ese contenido sea difundido como uno real, hecho por seres humanos. 

Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior de Bruselas, lanzó una iniciativa para poner una regulación que establezca límites a la Inteligencia Artificial. "En todo lo que sea generado por Inteligencias Artificiales, ya sean textos o imágenes, habrá una obligación de notificar que ha sido creado por una IA", establece esta iniciativa. 

Aún con esto, ¿seremos capaces no sólo de identificar el contenido hecho por humanos, del contenido hecho con Inteligencia Artificial? ¿Los medios de comunicación están preparados para corroborar que la información que están retomando es real y no es creada por un chatbot? ¿Se proporcionará algún día a los desarrolladores e implementadores de IA requisitos y obligaciones claros en relación a los usos específicos? Aún hay muchos temas por resolver.