Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia, en EU, descubrió que a pesar de que el planeta más cercano al Sol de nuestro sistema tiene temperaturas extremadamente calientes, también tiene zonas heladas que se forman gracias a ese calor. Parte del agua que llegó al cuerpo celeste lo hizo mediante cometas y asteroides que se impactaron a lo largo de su formación; ésta logra mantenerse en forma de hielo en el fondo de cráteres polares, donde nunca llega la luz solar y en los que el extremo calor del día se combina con temperaturas nocturnas de 200 grados bajo cero.
Gráficos: C. Alejandro Sánchez, Ismael F. Mira, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.
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