La luna ha cautivado a la humanidad durante milenios, influyendo en culturas, tradiciones y hasta en la percepción popular del comportamiento humano. Aunque la ciencia moderna ya no respalda muchas de las teorías que asocian las fases lunares con cambios emocionales o físicos, el interés por comprender su ciclo sigue siendo fuerte. En abril de 2025, las fases lunares tendrán un papel central, comenzando con noches oscuras y culminando en el brillo intenso de la Luna Llena.

La Luna creciente
Abril arranca con cielos oscuros, debido a la transición que comenzó el 29 de marzo con la fase de Luna Nueva. Durante esta fase, la luna no es visible desde la Tierra, ya que está alineada con el Sol y la oscuridad domina la noche. Esta fase es importante no solo por la falta de luz, sino también porque marca el inicio de un nuevo ciclo lunar. A partir del 31 de marzo, la luna entra en su fase de Luna Creciente, una etapa en la que comienza a iluminarse progresivamente cada noche. A medida que la luna avanza en su órbita, la luz solar refleja sobre su superficie y empieza a ser visible desde la Tierra, creciendo de derecha a izquierda hasta llegar al Cuarto Creciente el 6 de abril.

Cuarto creciente: la luna semicírculo del 6 de abril
El Cuarto Creciente, que comienza la noche del 6 de abril, es una de las fases más reconocibles del ciclo lunar. Durante esta fase, la mitad de la luna se ilumina, formando un semicírculo que se incrementa gradualmente con cada noche. Este cambio es causado por la posición relativa entre el Sol, la Tierra y la Luna, lo que determina la cantidad de luz solar que podemos observar. Astronómicamente, el Cuarto Creciente marca aproximadamente la mitad del ciclo lunar de 29.5 días, un periodo durante el cual la influencia gravitacional de la luna sobre la Tierra puede observarse con mayor claridad, afectando fenómenos naturales como las mareas.
Observación de la Luna: Consejos para disfrutar del cielo nocturno
A pesar de las fases de la luna, la observación de este fascinante satélite natural sigue siendo una actividad accesible para todos. La NASA recomienda simplemente mirar hacia el cielo, ya que la luna es el objeto más brillante de la noche y, en muchos casos, también es visible durante el día. Para aquellos que busquen una visión más detallada, el uso de telescopios o binoculares ofrece una experiencia única, permitiendo apreciar los cráteres y montañas de la luna.
Para los aficionados a la fotografía, la NASA cuenta con un extenso archivo de más de 20 millones de imágenes de la luna, lo que brinda una mirada detallada de su superficie. Además, si las condiciones climáticas no son favorables, la NASA ofrece transmisiones en vivo de la luna, lo que permite observarla sin importar el lugar. Finalmente, para aquellos interesados en explorar más allá de la observación directa, la NASA ha desarrollado el proyecto “Moon Trek”, un mapa interactivo que permite realizar excursiones virtuales por la superficie lunar.
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