Asesinan en Polanco a empresario judío e hija

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Foto: larazondemexico

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carlos.jimenez.razon@gmail.com

Apenas hace 15 días, el empresario israelí, Mose Aruh Argar y sus hijos “todos miembros de la comunidad judía en México” llegaron al Distrito Federal. Se mudaron de su domicilio en Huixquilucan a un departamento en Polanco, donde el textilero y una de sus hijas fueron asesinados.

De acuerdo con las primeras investigaciones, aparentemente alguien entró a robar a su domicilio pero fue descubierto por el empresario de 60 años y por su hija de 22. Fue entonces cuando los mataron.

Reportes de la Procuraduría de Justicia capitalina detallan que a principios del mes, Mose Aruh, su hijo mayor, Maor Aim, de 24 años; y su hija Saphir Raquel llegaron a la ciudad de México.

Durante años vivieron en un departamento en el Estado de México, pero decidieron cambiar de domicilio, pues en la zona de Polanco, en Avenida Presidente Masaryk, tenían una boutique de ropa.

Así, al llegar a la ciudad habitaron el segundo piso del edificio número 210 de la calle Benito Pérez Galdós, en la colonia Los Morales Polanco, de acuerdo a lo que establece la averiguación previa MIH4/T2/1502/10-10 iniciada en la PGJDF por doble homicidio.

La Fiscalía en Miguel Hidalgo indica que el sábado por la mañana, el hijo del empresario, llegó al departamento y comenzó a tocar la puerta, debido a que había olvidado sus llaves. Nadie le abrió.

Luego de esperar por varios minutos, el joven se fue y regresó más tarde, pero el resultado fue el mismo. Así pasaron las horas, por lo que ya cerca de las nueve de la noche decidió pedir ayuda.

Ya que pudo ingresar al departamento encontró que éste se encontraba en desorden. Las puertas de las habitaciones estaban cerradas y algunos cajones abiertos o las cosas revueltas.

Cuando abrió las recámaras encontró que en una de ellas estaba su papá sin vida, y en la otra su hermana.

Las autopsias practicadas revelaron que alguien los mató con un cuchillo desde la noche del viernes.

Por lo alterado que se encontraba Maor Aim no pudo decirle a la policía qué se habían robado de la casa. Sólo pudo explicar que su papá tenía muchas alhajas y dinero en efectivo, los cuales aparentemente ya no estaban.

En el edificio no hay personal de seguridad. Sólo un par de trabajadores que ayudan a hacer labores de limpieza y que en ocasiones se desempeñan como porteros. A decir de estos hombres nadie extraño ingresó o salió del edificio el viernes pasado.

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