Operan en el DF 3 terminales de autobuses pirata

Foto Eduardo Salazar Círculo Rojo

Gráfico Erick Zepeda La Razón

En el centro del Distrito Federal existen al menos tres “terminales de autobuses” clandestinas que dan servicio de viajes al sureste mexicano y que en su mayoría ofrecen, sólo de palabra, seguro de viajero.

Todos los registros, tanto del viaje como de los pasajeros, se hacen a mano, con letra de molde y en libretas o papeles carentes de garantía legal en casos de accidentes o perdida de equipaje.

Sus clientes son, en su mayoría, comerciantes que se trasladan la capital a abastecerse de mercancía, aunque en últimas fechas también viajan personas que buscan trabajo en la capital y hasta turistas nacionales y extranjeros.

Una de ellas está en callejón Santa Escuela y Zapata, a unas calles del mercado de la Merced. Ahí despachan 11 “líneas” cuyos precios son hasta 70 por ciento más barato que en terminales como la TAPO.

“Uno de pobre siempre busca lo más barato”, explica Pedro Gómez, un albañil que llegó a la capital en busca de un trabajo que no halló. “Estos camiones son más baratos que en la terminal”, agrega el hombre 30 años.

Las líneas que dan servicio son: Viajes Chiapas, Viajes Auri, Viajes Romo, Viajes Primi, Viajes Leo, TLA, Viajes Exprés, Viajes y Turismo, Aje Tours, Turipaquetes y hasta Cristóbal Colón.

Esta última ofrece servicios en las terminales camioneras, pero ante la competencia que le hicieron las miniempresas del transporte, se instalaron desde 2009 en este punto.

Todas, incluida Cristóbal Colón, ofrecen seguro de viajero, pero los boletos que dan al pasajero no tienen registros de contribución ante la Secretaría de Hacienda, ni dirección o referencia de la empresa.

Además, son llenados a mano y en ellos sólo se inscriben el destino, hora de salida del autobús, nombre del pasajero y monto del pago. Se entrega sólo un boleto, independientemente de si una persona compra dos o más pasajes.

El registro de las empresas sobre los pasajeros se hace a mano y en libretas tamaño carta, sin sellos ni membretes. Sólo se toman el nombre de quien los adquiere, la cantidad de asientos y monto que pagó.

Peor aún, la venta de los boletos no es en taquillas, locales o establecimientos identificables, sino en improvisados puestos (mesa y sombrilla) que se instalan en un parque o en estacionamientos.

“La dueña no sé dónde está, aquí hay puros chalanes igual que yo, no creas que hay gerentes ni jefes”, dijo un empleado de Viajes Auri, quien dijo que hay pocas corridas (a las 18:00, 19:00 y 20:00 horas).

Los costos, según explicó otro empleado de Viajes Chiapas, varían dependiendo de la temporada. “En temporada baja, el viaje sencillo es de 350 pesos y en temporada alta se incrementa hasta 700.

“Son mucho más baratos que en la TAPO, allá se rebasa por mucho el límite del precio que en este punto de venta tenemos; no es terminal, es un punto de venta. Estamos sobre la economía de la gente”, dijo el empleado.

—¿Cuál es el tipo de usuarios que atienden?

—Muchos son comerciantes, muchos vienen a pasear, muchos vienen a buscar una oportunidad de trabajo y se regresan no encontrando nada, todo de pende

—¿Ustedes que garantía legal ofrecen a los pasajeros en caso de percance?

—Tenemos un seguro de viajero, en un dado momento de un choque o algo, el seguro del viajero lo repara

La mayoría de la gente es consciente de que estas empresas no dan certidumbre jurídica ante cualquier eventualidad, lesiones o fallecimiento de pasajeros o pérdida de equipaje, pero prefieren arriesgar todo por la economía.

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