Dos personas fueron detenidas después de haber enterrado viva a Ding Cumei, la esposa de un pastor cristiano quien se opuso a la demolición de su iglesia; sin embargo, el oficial que lleva el caso no dio a conocer los crímenes.
El pasado 14 de abril los individuos estaban a cargo del derrumbe de la iglesia cristiana Beitu, ubicada en la ciudad de Zhumadian, en la provincia de Henan, cuando la ahora occisa y su marido, el pastor Li Jiangong se reunían con su congregación.
La pareja intentó detenerlos, pero fueron empujados a una zanja y enterrados vivos por la máquina excavadora, el pastor pudo cavar y correr, pero la mujer murió sofocada antes de que pudieran rescatarla.
La ONG cristiana de derechos humanos, China Aid, denunció que la empresa que envió al equipo de demolición es respaldada por el partido comunista que gobierna el país; asimismo, los cristianos locales dijeron que no estuvieron presentes las autoridades del gobierno para supervisar
la demolición.
Según el presidente de la ONG china, Bob Fu, la situación de los cristianos en su país es alarmante, ya que el cristianismo es tratado como una amenaza política y de seguridad para el régimen.
Señaló que la situación se endureció con el gobierno del presidente Xi Jinping, quien tomó posesión en 2013, pues en los mandatos anteriores el cristianismo no se consideraba abiertamente como una amenaza la seguridad nacional.
CATOLICISMO EN CHINA. Un día antes de la tragedia, autoridades comunistas demolieron otra iglesia cristiana en la ciudad de Wenzhou con el argumento de que la cruz del recinto era demasiado alta, había sido construida ilegalmente y violaba las normas de construcción.
Desde la Revolución China se estableció que el pueblo no debía creer en ningún dios y ahora, con 85 millones de miembros, el Partido Comunista de China es la mayor organización atea en el mundo.