Víctimas no tienen en dónde sentarse

Pese a gasto en mobiliario, Fiscalía CDMX luce deterioro e insalubridad

La institución destina 83.8 mdp en equipamiento del búnker entre 2020 y 2024; la erogación no se refleja en las condiciones del inmueble; hay baños sin puertas, bancas sin patas…

En los sanitarios, la mayoría de los privados no tiene puerta, y los pocos que la tienen, carecen de seguro para cerrarla
En los sanitarios, la mayoría de los privados no tiene puerta, y los pocos que la tienen, carecen de seguro para cerrarla Fotos|Eunice Cruz|La Razón

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) reportó que, del 2020 al 2024, destinó 83 millones 813 mil 553 pesos a la adquisición de mobiliario; sin embargo, el gasto no se refleja en las instalaciones, las cuales lucen en mal estado e insalubres, como se constató durante un recorrido por la sede principal, a lo que se sumaron testimonios de trabajadores y víctimas, quienes confirmaron que el equipamiento del inmueble está en pésimas condiciones.

En respuesta a una solicitud de información que hizo La Razón, la FGJCDMX indicó que en el 2020 se gastaron 42 millones 637 mil 792 pesos en mobiliario nuevo, en especial para los sanitarios; en el 2021 se invirtieron siete millones 137 mil 707 pesos en sillas giratorias, bancas tandem, escritorios y sillas; en el 2022 se compraron artículos similares, con una erogación de 15 millones 361 mil 109 pesos, y en el 2023 el monto fue de 16 millones 337 mil 227 pesos.

En el 2024, último año de la anterior administración, que concluyó con Ulises Lara al frente, se invirtieron dos millones 339 mil 718 pesos en la compra de escritorios, sillones secretariales y ejecutivos, mesas y sillas de tela, entre otros enseres.

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Pero tal gasto no se ve reflejado en una mejora de las instalaciones. Al entrar al edificio central de la Fiscalía, las personas deben registrarse en la recepción, en la cual la división es una estructura hecha de palos de madera con acrílico. En varios pisos los elevadores no cuentan con el botón de llamado y los usuarios deducen fácilmente en dónde se ubican los sanitarios, porque éstos despiden un muy penetrante olor.

Durante un recorrido que hizo este medio por las instalaciones, se pudo observar que los baños no tienen seguro en las puertas y en su lugar se utilizan popotes para atorarlas o pedazos de plástico. En algunos, de plano no funcionan las puertas o éstas están en el suelo.

Además, a algunas bancas en donde esperan las víctimas les faltan patas y las computadoras disponibles para ayudar a los ciudadanos a utilizar los servicios en línea no funcionan.

Un trabajador del búnker de la Fiscalía, quien lleva más de seis años laborando en el lugar, contó a La Razón que se vio en la necesidad de comprar su propia silla de trabajo, pues no se cuenta con el suficiente mobiliario. Y mencionó que cuando se adquieren nuevas cosas, sólo se las reparten a los altos mandos.

“Cuando compran un lote de sillas, se distribuyen entre las coordinaciones y terminan tocando dos sillas por cada coordinación, y obviamente, esas sillas se quedan ahí, no llegan al personal. Hace un par de años compré mi propia silla, ya dio lo que tenía que dar y la que tengo ahorita no tiene ni respaldo, el mobiliario sólo llega a áreas nuevas o al personal de alto rango”, dijo.

Agregó que el año pasado cambiaron algunas computadoras de los responsables de las coordinaciones, pero hay una alta demanda de los trabajadores que requieren de nuevo equipo, además de que en las Fiscalías desconcentradas, los funcionarios deben llevar sus impresoras y artículos de papelería.

“En el edificio central no se sufre de papelería, se sufre por el mobiliario; ahorita en tiempo de calor está horrible dentro del edificio, entonces uno tiene que traer su ventilador, porque somos mucha gente en espacios muy pequeños y no hay ventilación; las sillas que usamos para atender a los usuarios son viejas, a veces los clavos pican y si no, están ocupadas con carpetas, yo tengo carpetas literalmente en el piso, porque los dos estantes que tengo están llenos”, mencionó el trabajador.

En el tercer piso, las víctimas que desean presentar una denuncia deben esperar en esta área con sillas destruidas.
En el tercer piso, las víctimas que desean presentar una denuncia deben esperar en esta área con sillas destruidas. Fotos|Eunice Cruz|La Razón

A principios de enero, la titular de la Fiscalía capitalina, Bertha María Alcalde Luján, prometió que pondría en marcha la digitalización de documentos para agilizar el avance de las carpetas de investigación; al respecto, el empleado consultado comentó que no está bien planteada la idea y podría filtrarse información, al no contar con un servidor seguro.

El hombre recordó que durante la administración de la ahora exfiscal Ernestina Godoy se planteó demoler el edificio central para levantarlo nuevamente, pero no se concretó, y aunque confía en que la estructura del edificio es buena, se abandonó el mantenimiento del mismo.

“No dan ni ganas ni de ir al sanitario, porque no tienen puertas o están totalmente sucios o de plano no funcionan; uno está incómodo trabajando, aparte, el ver todo el desorden de las carpetas causa estrés, todo esto impacta en los trabajadores”, señaló.

  • El Dato: La Fiscalía capitalina reportó que entre 2020 y 2024 erogó 170 millones 525 mil 433 pesos en electricidad y 478 millones 589 mil 381 pesos en construcciones.

Y añadió: “En una de esas tantas reuniones a las que va (Bertha María Alcalde), debería tener una reunión con el personal administrativo, para generar nuevas condiciones de trabajo”.

Victoria acude a la Fiscalía de la Ciudad de México desde que levantó una denuncia por el delito de violencia familiar, en el 2022. Comentó que el primer día que acudió le sorprendió que no hubiera las condiciones adecuadas para recibir y atender a las víctimas.

“La verdad, una llega muy shockeada de lo que ya vivió, y otro shock es estar ahí; además de la pésima y lenta atención, no hay la confianza ni siquiera para entrar al baño, no hay en dónde sentarse y hubo días en los que tuve que estar más de siete horas seguidas ahí”, comentó.

Sostuvo que cada que la citaban en el búnker se prevenía con su propio papel de baño, gel antibacterial, artículos de papelería, así como un banco armable; además, expresó que el lugar le transmitía depresión y enojo, al pensar que “hay mucho dinero para conciertos y nada para las víctimas”.