El retiro paulatino de comerciantes en Paseo de la Reforma ha desatado inconformidad entre vendedores, quienes acusan al Gobierno de la Ciudad de México y a la alcaldía Cuauhtémoc de aplicar criterios selectivos en la reubicación.
En entrevista con La Razón, César Mejía señaló que algunos comerciantes recibieron apoyo para trasladarse a nuevos espacios; pero otros, como él, no fueron considerados, situación que ha generado malestar, por la falta de diálogo en un proceso inequitativo que, denunció, pone en riesgo las fuentes de ingreso.
“Nosotros somos de aquí, de la ciudad, no somos de un grupo indígena o tradicional, como les dicen, por eso no nos dan oportunidad ni siquiera de ubicarnos en otro lado”, explicó César Mejía.

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- El Dato: El pasado 18 de junio, el Gobierno de la Ciudad de México anunció la reubicación de varios vendedores de origen indígena, en plazas comerciales.
El pasado 24 de junio, el secretario de Gobierno, César Cravioto, dio a conocer, durante una conferencia de prensa, los avances en el retiro del comercio informal de Paseo de la Reforma, y anunció que en estos días se despejarían seis áreas adicionales.
El funcionario precisó que el 15 de junio se liberó la zona comprendida entre Paseo de la Reforma y Avenida de la República; el 19 se desmontó uno de los dos puntos que estaban frente a la plaza Reforma 222, y el domingo 22 se retiraron los puestos que permanecían entre Reforma y Toledo.
El comerciante entrevistado comentó que, según lo que le dijeron, el principal criterio de selección para ser reubicado con algún tipo de apoyo es pertenecer a comunidades originarias, además de que el giro debe ser algo relacionado con eso, como la venta de artesanías.
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Además, consideró que quienes fueron reubicados cuentan con una infraestructura similar a la de un negocio establecido, mientras que él sólo tiende una manta sobre la que ofrece sus productos y no una carpa con mesa y estantes, como otros. “Uno vende de todo. Yo ahorita vendo gorras, pero también vendía cinturones, juguetes y bolsas”, añadió.
Danaé González, también comerciante de la zona, lamentó que las autoridades tratan “como delincuentes” a quienes tienen la necesidad de dedicarse a la venta en Paseo de la Reforma.
En tanto, Martha Pertierra, adulta mayor que tiene su vivienda en las calles aledañas a Paseo de la Reforma, relató que en los primeros meses de este mes le fue difícil caminar en el tramo que va de Berna a Génova, cerca del Ángel de la Independencia, debido a la gran cantidad de vendedores que había.
Respecto a cómo percibe el comercio ambulante en la zona, la vecina, quien tiene problemas de movilidad, mencionó que no le disgusta, pero que prefiere poder andar por las calles sin dificultades.

