La noche del 20 de noviembre, usuarios del Metro vivieron momentos de pánico en la estación La Raza de la Línea 3, luego de que se registraran detonaciones acompañadas de humo y destellos.
Los videos difundidos por pasajeros mostraron a decenas de personas corriendo para ponerse a salvo, lo que rápidamente encendió la preocupación sobre un posible atentado con bombas dentro de la red del Sistema de Transporte Colectivo (STC).
El Metro confirmó posteriormente que no existió ningún artefacto explosivo de alto poder. Según la versión oficial, el evento fue consecuencia de una riña entre dos grupos de jóvenes, quienes habrían detonado petardos dentro de la estación.

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Las detonaciones provocaron una reacción inmediata de miedo entre los usuarios que se encontraban en andenes y pasillos.
El STC informó que tres personas resultaron con lesiones menores, principalmente por golpes o crisis nerviosas derivadas del caos momentáneo.
Elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) intervinieron para detener la confrontación y restablecer el orden. Las autoridades también activaron los protocolos de seguridad internos para garantizar que no existiera un riesgo mayor para los pasajeros.
En su comunicado, el Metro reiteró que no hubo bombas ni riesgo de explosión mayor, y que en ningún momento se registró daño estructural en la estación.
El incidente reavivó la preocupación por el ingreso de pirotecnia al Metro, un problema que ha sido atendido desde hace varios años.
El STC ha mantenido de forma periódica operativos especiales para evitar que los usuarios transporten petardos, cohetes o cualquier tipo de material pirotécnico, especialmente durante celebraciones como fiestas patrias o fin de año.
Las autoridades recordaron que el transporte de pirotecnia dentro del sistema está prohibido por la Ley de Movilidad de la Ciudad de México y puede implicar sanciones, multas o incluso presentación ante un juez cívico, dependiendo del tipo de artefacto y del riesgo generado.
Pendientes tras el incidente
Aunque el Metro confirmó que no hubo explosivos de alto poder, quedan preguntas por resolver:
- ¿Cómo ingresaron los jóvenes los petardos a la estación?
- ¿Cuántos artefactos se detonaron exactamente?
- ¿Qué medidas adicionales aplicará el STC para reforzar el control de acceso y evitar incidentes similares?
Lo sucedido en La Raza evidencia la necesidad de fortalecer la seguridad y mantener comunicación clara para evitar que la desinformación sobre “bombas” o ataques provoque alarma entre los usuarios.
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MSL

