Comunicarse con todos

David López Cárdenas

Como parte del nuevo reto que enfrenta el gobierno federal de aplicar las reformas estructurales, es necesario aclarar los mitos relacionados con los ajustes constitucionales realizados y esto se logra fortaleciendo la comunicación con los ciudadanos.

Durante todo el proceso legislativo de aprobación, el Ejecutivo federal mantuvo una postura moderada con la finalidad de no entorpecer los ejercicios de deliberación que se ventilaban en el Congreso de la Unión.

Una vez concluido este periodo, el primer paso para la implementación de las reformas es incrementar la difusión de los beneficios concretos que traen consigo, como mecanismo para romper con los mitos generados por algunas expresiones opositoras que han encontrado en la desinformación, una caja de resonancia para socializar un discurso populista y electorero.

Aprovechándose de la prudencia del gobierno federal para no propiciar un ambiente de confrontación en las cámaras, las corrientes izquierdistas lanzaron, con modesto éxito, una incisiva campaña de desacreditación apoyada en falacias, en contra de los cambios emprendidos por el Presidente Peña Nieto.

Sin mayor fundamento que los ataques personales, las izquierdas buscan el favorecimiento electoral en el 2015 y para ello están decididos a repetir, incansablemente, sus mentiras con la esperanza de que en algún momento se perciban como verdades. En este contexto y ante la proliferación de las ideas erróneas que envuelven a las reformas estructurales, era preciso acrecentar los conductos de comunicación de manera que la información correcta llegue, de primera mano, a toda la población.

Contrario a lo que los detractores del gobierno federal tratan de simular, las apariciones del Presidente Peña en revistas matutinas es parte de la diversificación en los canales de información y están asociadas con la intención de dar a conocer a todos los sectores, las verdaderas implicaciones de las medidas impulsadas por su gobierno.

Asimismo, la adopción de innovadores conceptos televisivos como lo fue el programa “Conversaciones a fondo”, no persiguen dar tribuna a las voces malintencionadas ni mucho menos son un espacio para propiciar el encono, tan socorrido en el amarillismo izquierdista.

Las críticas, la mayoría provenientes de la izquierda, son claro reflejo del temor que permea al interior de esta corriente política pues al dotar de información verídica a la población, se reduce significativamente su rango de maniobra basado en las especulaciones.

Con las reformas aprobadas, la etapa de implementación incluye una intensa presencia mediática del Presidente para desvirtuar, cuantas veces sea necesario, las teorías conspirativas en las que los izquierdistas albergan el anhelo de salir de la medianía.

 Punto final... Siguen las muestras de descomposición al interior del PRD y el divorcio de Miguel Barbosa con la tribu que ostenta el poder en ese partido, es un indicio más de la crisis que los tiene al borde del colapso. Externar su apoyo a Cuauhtémoc Cárdenas para la dirigencia nacional parece haberle costado caro y, en el revanchismo, seguramente perderá la coordinación de los perredistas en el Senado.

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