Notimex
El artista mexicano Miguel Ventura, cuya instalación inauguró el Museo de Arte Contemporáneo de la UNAM, en 2008, consideró que la dinámica del mercado ha quitado capacidad crítica al arte contemporáneo.
"Hay un énfasis enorme de los artistas en pertenecer a la red de galerías, coleccionistas y ferias de arte, y está perfecto. Pero hace que las obras sean demasiado complacientes", explicó Ventura, en entrevista con Notimex.
El artista, cuya polémica obra del MUAC "Cantos cívicos" mezcló iconografía fascista, pornográfica y escatológica con música coral y ratas vivas, expresó que el arte debe ser un espacio de reflexión crítica de la realidad y del "estatus quo" social.
Sin embargo, opinó, el arte muchas veces es concebido sólo como un objeto que forma parte de una red que ofrece prestigio y acceso a un mercado.
"Son muy pocos artistas los que disfrutan de los privilegios del mercado, lo que debería obligar a muchos de ellos a cuestionar este sistema", declaró Ventura, en el marco de una serie de conferencias y presentaciones que ofrece en Nueva York.
El creador afirmó, además, que la iniciativa privada y su interés en el arte -en forma de galerías y colecciones particulares- ha cumplido una función importante al canalizar información y nuevas corrientes estéticas al público.
Sin embargo, consideró que en México el círculo de coleccionistas y de personas vinculadas comercialmente al arte es aún tan escasa que las obras están muy ligadas a gustos y a valores muy específicos de una clase social.
"Hay una especie de gusto corporativo con afanes internacionales. Hace falta mayor diversidad y menos miedo de romper con esos criterios marcados por un mercado internacional", opinó Ventura.
Asimismo, el creador consideró que al arte debe impeler a la discusión y a la trasgresión de tabúes.
"El arte debe ser un espacio de reflexión. Si no se hace ahí, dónde se va a hacer. Hay otras disciplinas, como la filosofía, pero al arte es más accesible que la filosofía", declaró Ventura.
Esa incapacidad crítica, aseguró Ventura, se ha acelerado a partir de los atentados ocurridos en 2001 en Estados Unidos, luego de los cuales él esperó que se acentuara el debate sobre los valores que rigen al mundo contemporáneo.
Lo que ocurrió, más bien, fue la solidificación de lo que Ventura calificó como un capitalismo desenfrenado y sin controles, que él equipara conceptualmente a una especie de fascismo.
"Los intereses corporativos son poco transparentes y no ofrecen información sobre sí mismos. Además, nunca habíamos visto que fueran puestos en acción con más vigor que en el presente", enfatizó Ventura.
agp
