Rostro y cuerpo de Luis Granda

Foto: larazondemexico

Ernesto Lozano

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Twitter: @lozanoartes

El próximo jueves 9 de septiembre, en el San Pedro Museo de Arte de la ciudad de Puebla, se inaugura la muestra del maestro Luis Granda, El Rostro y el Cuerpo, con casi un centenar de obras, realizadas a lo largo de treinta años, que presentan al artista dando su mejor rostro, de cuerpo entero. Una revisión exhaustiva de una trayectoria exitosa de uno de los grandes maestros del arte contemporáneo en México.

Luis Granda no vino, lo trajeron muy joven, llegó a México procedente de España, después de haber hecho escala en La Habana, en compañía de su madre, en un barco de carga llamado El Magallanes, pagado por el padre auto exiliado, que desde un año antes les esperaba. Arquitecto de profesión, artista por vocación, que no deja de pintar y esculpir rostros y cuerpos para inundar placenteramente nuestros sentidos. Admirador de Antoni Tapies y Robert Rauschenberg, Granda es un pintor al que la materia le inquieta mucho, un ser sensible que es capaz volverse loco ante un costal de paca de algodón.

Luis Granda, por su producción, su trabajo, su formación, es un artista matérico que busca al ser humano, al cuerpo, su rostro. Las figuras y las formas en su obra no son contenidas, no están perfiladas, están en un estado de implosión o expulsión, nunca están quietas, muestran cierto nerviosismo. Una obra que crea curiosidad.

La Razón conversó en exclusiva con Luis Granda en su estudio, un estudio no convencional, que bien podría haber sido de un ropavejero, o el de un carpintero, donde los pinceles tienen más de treinta años, en el que aparecen al alcance de la mano tijeras, martillos, colas, y una caja mágica llena de recortes de telas, una suela de zapato, un guante de un trabajador e infinidades de materias, pero sobre todo tiempo, el que pasó, en el que estamos, y el que está por venir.

¿Cómo surge el proyecto de esta exposición, por qué una revisión de tu obra? A Héctor Gómez es a quien se le ocurre la muestra con la revisión de mi obra, el es un estudioso de mi obra y se dedicó por algún tiempo a compilarla, acopiándola, logrando obtener dibujos y pinturas, obra gráfica y esculturas, yo vivo haciendo dibujos y bocetos, él se dedicó a rescatarlos, sumándole obras que están en manos de coleccionistas particulares, bien enmarcadas, descubro cosas que yo ni sabía que eran mías, estoy sorprendido.

¿Qué incluye esta muestra? Incluye óleos, litografías, grabados, acuarelas, dibujos, técnicas mixtas, bronces, y papeles personales, presento aproximadamente cien piezas, las más antiguas datan de los años setentas. Las esculturas serán pequeñas piezas en bronce, he trabajado poco la escultura. También trabajé con láminas de cobre recortado, eran siluetas dobladas sobre cartón, esas si las hice en cierta cantidad, era como una especie de divertimento. Ésta es mi segunda exposición en Puebla, la anterior fue en una casa de Cultura.

¿Cuándo comienzas a trabajar el grabado? Yo empecé hacer grabados como parte de mi disciplina como creador, como un entrenamiento, me gusta mucho la línea, también el volumen, y en el grabado puedo combinar las dos cosas. En el grabado hay que hablar mucho con la química, no como cuando me enfrento a una tela, ahí si se impone el espíritu, por eso trabajo mucho la gráfica, varias técnicas, no sólo el grabado, mixtas, litografías, colografía, acabo de descubrir un material, que es un papel, que se adhiere, que puedo trabajar hasta tres piezas en cada edición, le he llamado papelografía, uso al papel como un cubriente para que no ataque.

¿Cómo logra Luis Granda controlar el espíritu cuando se enfrenta a una tela, que lugar le das a la materia? Me ha interesado siempre a muy alto grado la materia, sin despreciar la parte iconográfica de la obra, la figura, yo soy muy fiel a la materia, mi taller se nutre de la materia, tengo pinceles que se han convertido en puro adorno. La materia es el gran protagonista de mi obra, no es el pretexto, sino la necesidad, es encontrar una forma, una figura, como tengo la suerte de tener la identidad con el rostro y el cuerpo, no busco hacer bodegones o algo abstracto, incluso instalaciones con pedazos de madera, tengo muy claro lo del cuerpo. Sin embargo nunca logro alcanzar lo matérico, lo definitivo, es mi preocupación constante, hoy pinto de una manera, con ciertas cosas, mañana descubro otra y vuelvo a poner otra materia, pero el resultado es la fidelidad al cuerpo, como cuerpo y al rostro como rostro. Para mí la materia siempre ha sido no tanto la textura, sino que puede ser desde un corcho, una tela, madera, arena, óleo, tabique, todo lo que es matérico, pero tienes que saberlo integrar plásticamente. El soporte ya no me preocupa mucho, soy muy inquieto, no dudo que tenga que buscar ya otros soportes.

¿Qué materiales usas en tus composiciones? Uso telas que destiño con cloros y cosas raras, uso collages, óleos que altero con otros productos, colas, pigmentos, es parte de mi creación, soy un alquimista, no sólo en la pintura, también en el grabado.

¿Qué siente Luis Granda al ver reunidas las piezas de esta revisión? Primero fue una sensación extraña, luego de una gran emoción, de una gran nostalgia, recuerdo y presencia de ahora, ese ahora de ayer, me encantó la idea. Voy a ver obras que me sorprenderán gratamente, y otras que no quisiera que hubieran existido, es como un diario, yo tengo un estilo propio en las relaciones con mis amistades, a veces hago pre dibujos para un proyecto, bocetos, si les gustan se los regalo, me hace sentir halagado, para mi son como para un mecánico los tornillos, nunca hubiera imaginado que esas pequeñas piezas se iban a tomar con tal cuidado y se mostraran ya enmarcadas en esta exposición, es sorprendente.

¿Por qué continuar con el mismo título en esta muestra que la anterior, El Rostro y el Cuerpo? Esta “revisión”, este volver a ver todo, tiene algo en lo que yo he estado insistiendo mucho, sigue siendo la misma exposición, una única exposición, siempre yo he trabajado lo que llamo el cuerpo y el rostro, he sido fiel a eso, ha habido tentación, he dicho de repente, voy a hacer algo abstracto, pero no, termino estando casi en el precipicio, en las orillas, he caminado al borde, sólo me ha faltado un empujoncito, pero siempre termino recreando el rostro y el cuerpo. Matéricamente hablando, solución de composición, golpes visuales de color contra tensión, ahí están, mi obra es un juego de emociones visuales, no hay historias que tengan relación con nuestra realidad, que nos reconcilie mediáticamente con una persona o animal, he estado muy cerca, pero sigo con el rostro y el cuerpo.

¿Qué espera de este encuentro con el público poblano?Yo creo que el público poblano ni me conoce, expuse ahí hace muchos años, no he tenido una presencia continua, pero les aseguro que no será una exposición aburrida, si muy divertida, el San Pedro Museo cuenta con espacios muy generosos. Yo llegaré de invitado a mi propia exposición. Entremos juntos a ver que encontramos.