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Sí, existe un desdén de la ‘intelligenza letrada’ hacia los libros del brasileño Paulo Coelho (Río de Janeiro, 1947). Desestimación, muchas veces, carente de argumentos: las narraciones del autor de El alquimista (el libro brasileño más vendido de todos los tiempos) son despreciadas, pero pocas veces leídas.
Hay que detenerse frente al “fenómeno Paulo Coelho”: un escritor que ha vendido más de 165 millones de ejemplares, traducido a 80 lenguas, publicado en más de 170 países, Premio Crystal Award (1999), miembro de la Academia Brasileña de las Letras y Mensajero de la Paz por la ONU, entre otros reconocimientos, merece un mínimo de atención por parte de la crítica.
Sus libros son desatendidos por los especialistas y, sin embargo, cada vez más aumenta el número de sus lectores (adolescentes, amas de casa, estudiantes de educación media, oficinistas, ejecutivos financieros, choferes de camiones...), quienes se refugian con entusiasmo incondicional en los temas filosóficos y humanos de sus historias.
Acaba de aparecer Adulterio (Grijalbo, 2014), en que el autor de El Zahir aborda el asunto de la traición en la pareja: Linda, casada, madre de dos hijos, aparentemente su vida es perfecta. “Tengo 31 años, mido 1.75 metros de altura, peso 68 kilos y me visto con las mejores ropas que el dinero puede comprar... Despierto el deseo en los hombres y la envidia de las mujeres”, confiesa la protagonista de esta fábula, prestigiada reportera de un diario de Ginebra.
Las turbulentas aguas de un arrojo erótico entran en la existencia rutinaria de Linda para trastocar sus valores: sombras interpuestas en su andar cotidiano.
El reencuentro con Jacob, antiguo amor escolar, la trasladan a los amarraderos del derrumbe sentimental y el goce: ella tendrá que encontrar su emancipación. Una sugerente novela que reflexiona sobre las circunstancias del acto de amar. ¿Tendrá sentido tenerlo todo, pero sin disfrutar el amor? El lector no se enfrenta aquí a los sigilos dramáticos de Madame Bovary o Anna Karenina: Coelho sabe conducir a sus seguidores por encrucijadas convincentes: lo melodramático y lo kitsch confluyen. Algunos lectores no se atreven a subir la montaña mágica, prefieren quedarse en las primeras planicies. Para ellos, quizás, estas ediciones. Cosas peores abundan en el mercado (de las telenovelas mejor ni hablemos). Se produce, indiscutiblemente, una identificación instantánea del lector común con los relatos del hijo de Río de Janeiro: Adulterio, a pocas semanas de su lanzamiento en español, ocupa primeros lugares de venta en México y varios otros países de Hispanoamérica.
