Fernando del Paso, el escritor que descifró a Carlota

Soy Fernando del Paso y Morante, hace 80 años vi la luz en esta Ciudad de México de esplendores, a la mitad de los años 30 cuando presidía la República Lázaro Cárdenas del Río. Ese año, Edmund Husserl dictó la conferencia La filosofía en la crisis de la humanidad europea, la gente inundaba las salas de cine para ver Ana Karenina, el poeta español Luis Cernuda publica Donde habite el olvido y el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt firma la Ley de Seguridad social. Soy escritor, dibujante, diplomático, académico, y he ejercido los oficios de publicista, locutor y periodista. Dicen que he escrito tres novelas importantes: con José Trigo gané el Premio Xavier Villaurrutia en 1966; Palinuro de México fue galardonada en Venezuela con el Premio Rómulo Gallegos en 1982; y Noticia del Imperio se alzó con el Premio Mazatlán de Literatura en 1988. He abordado la poesía y el teatro. He dibujado sombras y transparencias. Soy lector de William Faulkner, James Joyce, Juan Rulfo, Lewis Carroll, José Lezama Lima y Alejo Carpentier.

Morante de madre y Del paso paterno. Soy barroco. Me interesan las frondas del verbo: lo aprendí leyendo Paradiso y el Siglo de las Luces, de Lezama y Carpentier, respectivamente. Soy Fernando del Paso y Morante y encarné en la Emperatriz de México Maria Carlota de Bélgica.

Personifique a José Trigo. Representé a Palinuro. Me gustan los carruajes y las medallas de plata. Me gustan los estandartes y la tarde. Me gusta el danzón cubano y el vals vienés. En Chichén Itzá el son cimbró mi piel. Sé que estuve muchas veces en el el Castillo de Bouchout. Allí amé en secreto a Carlota y me columpié sobre las brasas. Le regalé a Carlota una peineta de carey, un abanico de plumas de gansos y dos corpiños de tul y organdí. Fui amigo de Maurice Blanchot. Gabriel García Marquez me entregó en custodia los pergaminos de Melquiades.

Desando todavía en las tinieblas. Escucho los gritos de Carlota mientras Maximiliano enmarcaba mariposas. Sé, lo sé muy bien, que Luis Napoleón lloró más de una vez frente a Carlota. Sé, lo sé muy bien, que Carlota tomaba infusiones de yerbas para curar su esterilidad y darle un hijo a Maximiliano.

¡Cuántas cosas sé, Dios mío! Carlota canta una habanera. Carlota pide que toquen La bella molinera y que rematen con un vals. Querétaro. Cerro de las Campanas.

Miramón y Mejía. Juárez. Sí, soy Fernando del Paso y Morante, la encarnación viviente de la Emperatriz. De noche me encierro en el Castillo de Chapultepec. Carlota me dicta un bolero: lo canto en silencio.

La espuma de Botticelli se traga a Venus. Soy Fernando del Paso, hijo de Fernando y de Irene, hoy 1 de abril cumplo 80 años mirando a Dios en los ojos alucinados de María Carlota de Bélgica.

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