Cartas inéditas de Sylvia Plath revelan que su esposo la golpeaba

Foto: larazondemexico

Sylvia Plath, poeta y feminista estadounidense, se suicidó el 11 de febrero de 1963 a causa de una gran depresión. Una semana antes de su muerte, la poetisa escribió sus últimas cartas a Ruth Barnhouse, la psiquiatra en la que confiaba plenamente y a la que había recurrido al interntar suicidarse por primera vez en los 50, cuando estudiaba en Smith College.

Esas 14 cartas que fueron escritas entre el 18 de febrero de 1960 y el 4 de febrero de 1963 exponen la violencia intrafamiliar que la autora de Ariel, su poemario cumbre, sufría por parte del también poeta Ted Hughes, con quien se casó en 1956. A 54 años de su muerte, Letters of Sylvia Plath: Volume 1 será publicado en octubre próximo: misivas inéditas que revelan el recurrente maltrato al que era sometida.

Los escritos fueron recogidos por Harriet Rosenstein, biógrafa de la poeta, quien durante diez años recopiló diversos documentos, entre informes médicos de 1954, correspondencia, así como una serie de entrevistas con Barnhouse sobre sus sesiones, pero no alcanzó a escribir su preciada biografía pues murió antes de lograrlo. Cuando Sylvia Plath se suicidó sus manuscritos sin publicar fueron recogidos en una obra literaria controlada por Ted Hughes.

A él se debe la iniciativa de publicar los diarios de Plath, aunque el último, relacionado con sus maltratos, fue destruido por el poeta “para proteger a sus hijos”, según explicó él mismo en varias ocasiones, pero nunca pudo acallar las críticas y las habladurías, pues Plath no fue su única esposa suicidada.

En los diarios de Plath que sobrevivieron a la censura de Hughes hay constancia de su oscura relación y del aprecio que la autora sentía por Barnhouse, a la que incluso retrató en La campana de cristal. En una entrada del 27 de diciembre de 1958 escribió: “Ayer tuve una sesión con Beuscher muy larga y muy profunda. Removí cosas que me lastimaron y me hicieron llorar. ¿Por qué solo consigo llorar con ella?”

Las cartas fueron puestas en venta hace poco por Ken Lopez, un vendedor de archivos literarios en Nueva York, pero fueron retiradas por motivos legales.

El precio exigido por todo este volumen de datos y papeles fue de 875 mil dólares, pero al verse impedido de venderlos los ofreció a la doctora Ruth Barnhouse y desde luego que llamó la atención. Eran “los únicos documentos existentes de los últimos días en la vida de la apreciada poetisa y además estaban escritos desde su propia perspectiva”, anunciaba el vendedor.

Ésta es la historia que está detrás de la próxima aparición, en las librerías británicas, del primer tomo de la muy ambiciosa edición Letters of Sylvia Plath: Volume 1, bajo la autoría de Karen Kukil y Peter K Steinberg, que incluirá numeroso material inédito además de las misivas ahora descubiertas.

Este archivo inédito vuelve a cuestionar la figura de Ted Hughes, el marido golpeador, que incluso llegó a desear su muerte, la engañaba recurrentemente y llegó a atacarla cuando estaba embarazada por segunda vez. Plath, creadora de un estilo vivencial en su lírica, también llamada “poesía confesional”, que inició Robert Lowell, su maestro, no solo llegó a lamentar en sus textos su condición de mujer sino que se debatía constantemente entre ser una mujer sumisa, como su madre, o la feminista radical en que soñaba convertirse.

El grado de responsabilidad de Hughes en la muerte de Sylvia Plath siempre ha sido objeto de debate en el mundo literario anglo y tras el suicidio de la poeta, le llovieron sobre él las sospechas de maltrato, nunca antes confirmadas por la censura que ejerció en los diarios de Plath.

Hughes siempre intentó mantenerse al margen, pero las sospechas se reforzaron cuando su amante Assia Wevill, se suicidó de la misma forma que Plath: metiendo la cabeza en un horno. Assia fue todavía más cruel porque con ella se llevó a su hija Alexandra Tatiana Elise, de cuatro años.

En 2015 salió a la luz un poema de Hughes, Última carta, en el que se relatan algunas claves del final de Plath.

“¿Qué pasó aquella noche, tu última noche?”, se pregunta obsesivamente el poeta. El texto culmina con la noticia de la muerte de su expareja. El infierno del maltrato familiar que padeció la frágil poetisa apenas se conoce.

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