Con la finalidad de que tanto hombres como mujeres heterosexuales puedan cambiar su concepción sobre lo que puede representar la homosexualidad y transexualidad, la Galería José María Vasconcelos inauguró la exposición Crisol de masculinidades, en la cual se aborda cómo dentro de la comunidad gay se han elegido algunos elementos como la ropa, fetiches, cuidados corporales y apariencias, propios de la masculinidad para afianzar su personalidad.
“En la exhibición de carácter documental y estético se presenta una revisión de los grupos más característicos que están haciendo significativa la noción de masculinidad, que son: osos, vaqueros, chacales, gente leather y transexuales masculinos”, señala en entrevista con La Razón, Alfredo Matus, director de la galería.
El también curador de la muestra, afirma que una de las conclusiones a las que se llegó es que “precisamente el homosexual o transexual lo único que están haciendo es exacerbar estos rasgos prescritos por la heterosexualidad masculina, que es la exaltación del vello corporal, la vestimenta, como en el caso del vaquero ó la tendencia hacia el autoritarismo ó uniforme como en el mundo leather. Es ver cuáles son los símbolos que cada uno ha seleccionado para construir su identidad, no sólo individual sino de grupo”.
En total, son 76 piezas entre obra documental, grafica, digital y fotografía de registro que reflejan experiencias de vida de cada uno de los grupos mencionados.
Matus asegura que a pesar de tocar un tema como la homosexualidad, la exposición que estará hasta el 2 de julio, va dirigida también a un público heterosexual.
“Nuestra intención no es sólo dirigirnos a la comunidad LGBTI sino también a la comunidad heterosexual, finalmente la cuestión de lo masculino y femenino es una construcción heterosexual”.
Por qué Crisol de masculinidades, se le cuestiona al titular de la galería. “Es una metáfora. Un crisol es un deposito donde se van agregando sustancias que se mezclan para construir una nueva, así hacen dentro de las comunidades, seleccionan de diferentes fuentes algunos símbolos para construir su propia identidad”.
Finalmente, Carlos Matus destaca que estos símbolos se van entrecruzando dentro de las comunidades, “puede haber osos vaqueros o chacales que les guste el rollo de la violencia consensuada. No puede haber fronteras específicas, a eso le llamamos Crisol, es un proceso de mezcla continúa”.

