Recientemente, el tenor mexicano Javier Camarena debutó en Romeo y Julieta. Haciendo un balance de lo que han sido 20 años de carrera artística afirma a La Razón que la ópera sigue siendo su Julieta y él un apasionado Romeo, pero que ahora ama de manera distinta, ya no es el joven que se quería comer el mundo, sino alguien que busca un balance entre el trabajo y la vida personal.
Desde el año pasado quería celebrar sus dos décadas de trayectoria, pero hasta este 2025 lo logrará con una gira que incluirá el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez de Querétaro con la Orquesta Filarmónica local, bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, a quien considera su padrino artístico, pues fue batuta durante su debut en el Palacio de Bellas Artes con la ópera La hija del regimiento. Será invitado especial ese 3 de abril el pianista Ángel Rodríguez.
- El Dato: Uno de los pasatiempos favoritos del tenor es cocinar, cuenta que entre los últimos platillos que ha preparado están las albóndigas en chipotle bañadas en queso.
Después hará parada el 5 de abril en el Teatro Bicentenario de Guanajuato el 5 de abril, entidad que considera su segunda casa, pues fue donde terminó sus estudios, se casó y tuvo a su hija. Luego llegará a la Sala Plácido Domingo, en Jalisco, el 10 de abril, con una gala para apoyar a músicos sinaloenses que organiza la Sociedad Artística de esa entidad del norte del país. La última parada será el Palacio de Bellas Artes, el 13 de abril. En todos estará con el pianista Ángel Rodríguez.

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Javier Camarena está feliz de festejar en México y en esta entrevista habla desde los inicios de su trayectoria hasta lo complejo que es hacer una carrera de cantante de ópera en nuestro país.
En estos 20 años de carrera, ¿qué ha cambiado de aquel joven que debutó con La hija del regimiento y con quien ahora fue aplaudido con el rol de Romeo? Ha cambiado un poquito la ambición con la que veía esta carrera, quería hacer todo lo que me fuera posible en el escenario, iba con esta inercia que se fue como bola de nieve. Las oportunidades fueron multiplicándose, quería aprovechar cada una, hacer lo más que se pudiera. Hoy, aunque sigo feliz de encontrarme con diferentes oportunidades que signifiquen algo importante en mi carrera, ya no es algo que ambiciono. Ya no estoy en esta búsqueda, en esta sensación, en esta necesidad de querer más. Tengo ahora una agenda que va hasta el 2029, con contratos importantes, pero ya no es algo que forzosamente tenga que ocurrir para que me sienta realizado.
Hoy quiero una agenda que me permita hacer muchos más conciertos, y sobre todo, tener tiempo para mí, para mi familia, para estar tranquilo, para leer, pintar, cocinar, para vivir. Estoy ya a un paso de cumplir 50 años y es un buen tiempo para empezar a vivir de otra manera.
¿Al inicio, la ópera era su Julieta y usted un apasionado Romeo? Sigue siendo, pero la pareja no se queda en ese periodo de enamoramiento inicial. Hay una evolución que te lleva por diferentes etapas y se vive de maneras distintas. Yo igual veo así la ópera. Sigue siendo mi Julieta, pero la amo de manera distinta.
¿Cómo fue su debut hace más de 20 años en Bellas Artes? Estaba mucho más emocionado que nervioso, porque era la primera ópera que iba a interpretar. Era un sueño cantar en el Palacio de Bellas Artes. Fue una maravillosa oportunidad que me regaló la vida, que fue el punto de partida de tantas historias y tantos otros sueños.
¿Qué consejo le da a quienes sueñan con cantar en Bellas Artes o en otras casas del mundo? Les digo sueña muy alto, pero con los pies en la tierra. Esta carrera, como lo decía mi maestra, es de resistencia, no de velocidad; hay que trabajar mucho y de manera muy concienzuda, porque este medio está siendo cada vez más competitivo y seguirá incrementando en dificultad.
Sé que el gran sueño, tristemente de muchos, como ha sido mi caso, también ha sido salir de nuestro país para seguir trabajando y continuar creciendo, pero diré lo que me comentó Enrique Patrón de Rueda, que repito hoy: “Agota todas las posibilidades que puedas en tu país, una vez que estés totalmente seguro, cierto de que ya no hay nada más que te pueda ofrecer México, busca salir”.
¿Qué tanto han cambiado las oportunidades de los cantantes de ópera para hacer carrera en México? Nuestra máxima institución, que es la Ópera de Bellas Artes, hace a veces lo humanamente y lo milagrosamente posible con un presupuesto que es bastante reducido, para llevar al escenario. No sé cómo esté ahora, entre tres y cinco producciones al año, con cuatro representaciones de cada una. Contra un Teatro de la Ópera de Zúrich, que tiene ópera todos los días del año, salvo los días en que se descansa. Hay 20 títulos diferentes, con siete, ocho representaciones de cada ópera. Realmente conseguir trabajo como cantante solista en nuestro país sigue siendo muy complicado. Tristemente, esto continúa pasando, porque cada año uno de los recortes que siempre vienen marcados son los que van destinados a cultura. Es un poco frustrante y aterrador, porque hay tantas familias que dependen de esto. Sería bueno empezar a ver a esta comunidad de nuestro país de otra manera y darle el soporte que se necesita.
Cuando se enfrenta a un rol por primera vez, ¿cómo vive ese momento? Siempre es motivo de mucha emoción, significa nuevos retos, afrontar nuevas personalidades para la interpretación, encontrar recovecos en la psicología de los personajes. Es algo que siempre encuentro muy interesante y que me encanta. Sé que no lo parece (dice entre risas), pero sí suelo ser una persona muy nerviosa antes de entrar al escenario. Siempre estoy muriéndome de nervios.
Cuando viene a México, en cuanto sale al escenario el público se desborda en aplausos, ¿esto lo tranquiliza o abona a los nervios? Es diferente, aunque sí pueda estar nervioso, México es casa, es familia, es amigos, es mi país, mi hogar. Siempre que estoy allá, puede más la alegría que el nervio.
Calendario de presentaciones
3 de abril: Querétaro, Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez. 5 de abril: León de Aldama, Guanajuato. Teatro del Bicentenario.
10 de abril: Guadalajara, Jalisco. Sala
Plácido Domingo del Conjunto Santander.
13 de abril: Ciudad de México.
Palacio de Bellas Artes.

