El historiador, ensayista, narrador, articulista y promotor de la lectura Jorge F. Hernández (Ciudad de México, 1962) publica Alicia nunca miente (Alfaguara, 2025): fábula en que convergen muchas de sus efusiones obsesivas: la complejidad de las relaciones de pareja, la lectura de Cervantes y la mitomanía. El autor dice que está inspirada en dos tíos suyos, expertos en fabricar mentiras, y también en su padre, capaz, con una cuba en mano, de afirmar que era abstemio.
Alicia nunca miente se imbuye en trasiegos del periodista mexicano Adalberto Pérez que está absorto en un dilema para encontrar sentido a todas las mentiras que lo asedian, mientras se enfrasca en una lucha sin cuartel por merecer el amor de Alicia Covarrubias, una española que le ha advertido muchas veces de los inconvenientes de conocer todas las verdades. A partir de estas amonestaciones, Adalberto asume una desilusión al descubrir que, en la política, la cocina, los deportes, la jurisprudencia y hasta en las señales climáticas, la incertidumbre es dueña de todos los augurios.
“He querido mostrar un mundo impregnado de fantasías enmascaradas de realidades, me valgo de la ironía para cuestionarlo todo. ¿Existe realmente la verdad? Creo que la única esperanza está en la ficción. Quizás tengamos que abrazar la fabulación como único resguardo. ¿El mundo está atestado de mentirosos o somos condescendientes con las mentiras? Mis propósitos son desafiantes: quiero demoler las torres de falsedades que se han convertido en vigías de las sociedades. Mañana puede declarar el presidente cubano, por ejemplo, que él es un mandatario demócrata. Nada es verdad, todo es falso”, dijo a La Razón Jorge F. Hernández.
Falta de talleres y espacios para exponer, los desafíos de grabadoras
¿El periodista Adalberto está obsesionado con la verdad? Este personaje nace en las franjas de un cúmulo de falacias que dominan las circunstancias actuales; sí, está obsesionado con la verdad, carga con una pequeña libreta donde anota cada mentira que escucha de los líderes políticos, los académicos, los economistas, amigos y familiares.
¿Adalberto, alter ego de Jorge F. Hernández? Yo también cargo con una libretita, en eso nos parecemos. Hay, por supuesto, mucho de mí en él o al revés: mucho de él en mí. Él es un escéptico como yo: receloso, ve en su alrededor una serie de actos condescendientes con la mentira. Me miro en el espejo y conversamos.
¿Quién es Alicia Covarrubias? Un amigo me informó que Alicia en griego antiguo significa verdad. Ella lo saca del entorno quimérico en que vive, donde duda de todo. Establezco un juego con la Alicia de Lewis Carroll en esta española que intenta demostrarle a Adalberto que México no es el único país de las maravillas. Tras decepciones amorosas, desencantos políticos y verdades a medias en su entorno, Adalberto decide iniciar una cruzada personal contra la mentira; pero aparece en su vida Alicia, que jamás ha mentido.
¿Primera parte de la novela ataviada con derramado humor; y una segunda parte que es un homenaje a Juan Ruiz de Alarcón? Es como la segunda parte de El Quijote, guardando la distancia. Sí, en la segunda parte rindo homenaje al dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón de quien se burlaron por jorobado y migrante. Lope y Quevedo fueron duros con él. Ruiz de Alarcón es el autor de La verdad sospechosa, drama donde el protagonista está enamorado de doña Jacinta y para conquistarla traza una compleja trama de mentiras.
¿Una verdad literaria edificada en trazos de mentiras? Yo lo resumo de la siguiente manera: Alicia nunca miente es la delineación de falsedades en prestación incondicional de una veracidad literaria.
Alicia nunca miente
Autor: Jorge F. Hernández
Género: Novela
Editorial: Alfaguara, 2025