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Rigoletto, un personaje que va de la rabia a la tristeza

Rigoletto se presenta por última ocasión con Jorge Lagunes el domingo 18 de mayo a las 17 h, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

El cantante Jorge Lagunes, quien interpreta a Rigoletto.
El cantante Jorge Lagunes, quien interpreta a Rigoletto. Foto: Cortesía | INBAL

Tras once años de radicar fuera de México, el barítono Jorge Lagunes hace por primera vez en el país el rol de Rigoletto, un personaje que ha interpretado en otras producciones y que define como “complejo, porque pasa de la rabia a la desesperación y hasta la tristeza”, dijo a La Razón.

En esta nueva producción de Rigoletto, de Giussepe Verdi, con la Compañía Nacional de Ópera, la historia se sitúa en la Ciudad de México de los años 60. Lagunes afirmó que cada propuesta escénica es una oportunidad para explorar este personaje tan complejo.

“He salido de payaso en alguna producción o al inicio tengo un carrito como de supermercado con una bolsa de plástico enorme con los despojos de mi hija. Inicia la ópera como acaba, empujando a su hija, horrible. En producciones tradicionales me visto de bufón de época”, comentó el artista, quien alternó con Alfredo Daza en este rol del que se despide el domingo.

  • El Tip: Rigoletto se presenta por última ocasión con Jorge Lagunes el domingo 18 de mayo a las 17 h, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

Dijo que es importante conocer la visión de cada director de escena y sus propuestas, en este caso, Enrique Singer. “Es interesante ver qué piensa el director porque no llega a improvisar, es una obra compleja. Se prepara durante meses, años. El director siempre intenta provocar, mostrar algo nuevo. Estoy abierto a tomar su versión, intento estar listo, cantar este rol tan difícil con una orquesta tan potente.

“Es encontrar el punto medio entre lo que quiere el director y lo que podemos ofrecer como cantantes”, dijo quien da vida a Rigoletto, un bufón jorobado al servicio de un duque libertino, que, en su afán de proteger a su hija Gilda y de vengarla, termina en la desgracia.

En esta propuesta, por ejemplo, en la escena final hay bailarines: “Generalmente esta escena la hacemos cerca del proscenio, de la orquesta, es un momento íntimo, la gente debe oír lo que hay ahí, de algún modo estamos lejos, pero hay un grupo (de bailarines) muy bien preparado, movimientos que representan lo que pasa”.