Durante años, Eugene Shvidler vivió entre números, empresas y consejos de inversión. Sin embargo, detrás de ese rostro público palpitaba otra identidad: la del artista, el creador de una obra abstracta, poderosa y profundamente humana.
Nacido en la antigua Unión Soviética, donde mostró aptitudes notables para el dibujo, la pintura y la exploración de formas, Shvidler fue aceptado a los 10 años de edad en una escuela de arte de Moscú. Ese fue un signo indiscutible de un talento que, sin embargo, los tiempos turbulentos hicieron tomar otro rumbo.
Criado por padres matemáticos, pero también personas expresivas y artísticas, Eugene Shvidler emigró a los Estados Unidos en 1989. Allí obtuvo un MBA en la Universidad de Fordham en 1992. A partir de ese momento, creó todo un imperio financiero y empresarial, pero que por sí solo resultaba incapaz de nutrir su inagotable amor por la pintura, la teoría del color, la composición y la narrativa visual.
Dicha pasión terminó por emerger en 2024 con la exposición “100 Faces” en Beverly Hills, presentada por Kristy Stubbs Gallery y Yares Art. Bajo el nombre de ES23, Eugene Shvidler conmovió a críticos y coleccionistas con sus formas humanas estilizadas y cargadas de una emoción vibrante. Las piezas, inspiradas en amigos, mentores, figuras religiosas e incluso desconocidos que dejaron una huella en su vida, nos muestran hoy el rostro más íntimo del empresario y filántropo; una faceta marcada por la memoria, la geometría emocional y la resiliencia.
JVR

