Hay vías legales para evitar el traslado del acervo del Dolores Olmedo a una nueva sede en el Parque Aztlán; una de ellas es apelar a los derechos post mortem de la coleccionista para hacer valer su última voluntad e interponer un recurso, en caso de que no estén justificados los cambios que se han hecho en el fideicomiso que administra los bienes, aseguró a La Razón Carlos Lara, socio fundador del despacho Artículo 27, que recientemente ganó la batalla para impedir la construcción de un estadio de futbol en Tepic, Nayarit.
“Hay algo que no se ha valorado, el tema de los derechos post mortem que tienen que vigilar el cumplimiento de la última voluntad de las personas en general, máxime cuando son artistas hablamos de derechos morales, y cuando está en juego una colección como ésta”, explicó el especialista.
Dolores Olmedo legó al país una de las más importantes colecciones de arte en México que se encuentra en el museo que lleva su nombre en la Hacienda La Noria, en Xochimilco, Ciudad de México, cerrado desde 2021. El acervo incluye 148 piezas de Diego Rivera, 26 de Frida Kahlo y más de seis mil de culturas mesoamericanas, además de obras de Angelina Beloff y Pablo O’Higgins.

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Aunque estableció como última voluntad que permanecieran en este inmueble, hace dos años el Gobierno de la Ciudad de México anunció que se construiría el nuevo Museo Dolores Olmedo en el Parque Aztlán.
Asimismo, en 2020, Nacional Financiera (Nafin) fue revocada como fiduciaria del fideicomiso conformado en 1993 y el Comité Técnico la sustituyó por CiBanco, ahora señalada por Estados Unidos como entidad financiera “sospechosa de lavado de dinero” y, temporalmente, intervenida por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Igual contraviniendo lo estipulado por Dolores Olmedo, pues sólo se podría elegir a una nueva, si Nafin ya no quisiera o pudiera continuar con su labor.
“De los derechos post mortem se deriva el derecho a la buena honra, pues Dolores Olmedo gozaba de una gran fama como mecenas su nombre es sinónimo de muchas cosas buenas. Los herederos y los administradores del propio fideicomiso, al cambiar la voluntad final, pueden estar lesionando la honra y la imagen de la coleccionista”, detalló Carlos Lara.
Para el especialista, otra vía puede ser analizar el sustento que tienen los cambios que se han hecho en el fideicomiso. Además, tomar en cuenta lo dicho por Dolores Olmedo: “Dejo esta casa con todas mis colecciones de arte, producto del trabajo de toda mi vida, para disfrute del pueblo de México”, pues tiene muchos alcances jurídicos para proteger los bienes, algunos de ellos con declaratoria de monumento artístico, como las obras de Frida Kahlo y Diego Rivera.
“Se tienen que analizar a fondo las condiciones del fideicomiso: primero, las modificaciones que ha habido, el sustento legal de las mismas, porque no podemos perder de vista que hay una última voluntad que dejó muy clara. Todas las modificaciones posteriores que se hagan al respecto tienen que estar bien sustentadas; de lo contrario, esto en una batalla legal podría rescindir cualquier otra disposición que no haya sido la última voluntad de Dolores Olmedo”, comentó.
Carlos Lara dijo que es importante la intervención de la sociedad civil, pues los casos de Zacatecas, entidad donde se logró parar el proyecto del viaducto elevado; o Nayarit, donde se logró la suspensión definitiva de un estadio donde estaba la Ciudad de las Artes, han demostrado que la vía legal es una opción para defender el patrimonio.
“Era una prioridad para Monreal el viaducto elevado en Zacatecas y al final lo frenamos con un amparo; era una prioridad para el gobernador de Nayarit su estadio de futbol y lo acabamos de parar con un amparo. Aquí en este caso estamos ante un patrimonio cultural, bienes de gran valor; no veo que haya una reacción por parte del pueblo de México, que es el destinatario de estos bienes”, dijo.
EXIGEN TOMAR ACCIONES. Debido a que el Museo Dolores Olmedo sigue cerrado y no hay claridad sobre el destino que tendrá su acervo, ni se ha transparentado cuál es su condición actual, especialistas preparan una carta para solicitar la intervención de diversas autoridades, entre éstas la Secretaría de Cultura federal, encabezada por Claudia Curiel de Icaza, y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), dirigido por Alejandra de la Paz.
“La propuesta que se hizo es que se dirigiera una carta a distintas autoridades que legalmente tendrían una atribución sobre el tema, como el INBAL, el INAH, la Secretaría de Cultura federal, la Secretaría de Cultura del Gobierno de la ciudad, porque están obligados a cumplir con la garantía de que los derechos culturales se respeten, porque este museo cumplía con esta función.
“Sabemos que es una institución privada que, sin embargo, ha recibido recursos públicos, por eso la exigencia de que este tipo de autoridades informen qué ha sido de este museo”, dijo a La Razón Bolfy Cottom, especialista en legislación cultural.
El experto señaló la importancia de que se respete la última voluntad de Dolores Olmedo y que reabra el museo.
“El contrato del fideicomiso establece claramente que ese acervo no saldrá del museo y que hay un fondo intocable que servirá para el funcionamiento de ese museo. ¿Por qué desmembrar el acervo, por qué trasladarlo a un espacio que, lejos de dignificarlo, lo degrada? La segunda cuestión es por qué a una comunidad periférica como la alcaldía Xochimilco le quitan ese espacio cultural y buscan trasladarlo justo a donde se ha centralizado todo, donde están los museos nacionales, centros culturales de una gran relevancia. Siguen centralizando espacios, es totalmente contradictorio con el discurso del Gobierno”, cuestionó el especialista Bolfy Cottom.
La Razón acudió ayer al Museo Dolores Olmedo y un trabajador de seguridad señaló que no había fecha de reapertura y que actualmente está en remodelación.
