La narradora, ensayista, editora y docente Gisela Kozak Rovero (Venezuela,1963) publica El deseo es un piano invisible (Suburbano Ediciones, 2024): volumen de cuentos, en el que presenta episodios que develan y exploran diferentes trazos del deseo lésbico en un despliegue de gestos irreverentes de mujeres, quienes con ironía y pasión, se sumergen en la búsqueda de la libertad en el contexto de la Venezuela actual acechada por una profunda crisis política y social.
Manojo de historias cachondas en que el erotismo se entreteje con índices de pasiones políticas y un desborde festivo y también nostálgico: encuentros, desencuentros y miradas que se interpolan con luces musicales de cadencias luminosas. El lector tiene en sus manos un volumen gozoso y juguetón que invita a la reflexión sobre la intolerancia, los prejuicios y el machismo desde lúcidas y provocativas configuraciones ficcionales.
- El Dato: la autora es reconocida por su trayectoria por obras como Latidos de Caracas, Pecados de la capital o Todas las lunas y por su destacada columna en Letras Libres.
“Hace unos años decidí escribir un volumen exclusivamente de cuentos lésbicos. Aunque había tocado el tema en libros de ficción anteriores, quería escribir un volumen cuyo centro temático fuera el deseo entre féminas. Tenía temor por los prejuicios y porque posiblemente el tema del homoerotismo entre mujeres podría ser morboso. El director de Suburbano Ediciones me conminó al cometido y aquí están estos relatos que la crítica ha recibido muy bien y que ahora pongo a disposición de los lectores mexicanos”, expresó en entrevista con La Razón Gisela Kozak Rovero, autora también de las exitosas novelas Latidos en Caracas (2007) y Todas las lunas (2012).
¿La música encomia los episodios de los relatos? La música cruza todos los cuentos de algún modo, empezando por los títulos: “Redoble”, “Desafinado”, “Para piano y orquesta”, “Intermedio”. La naturaleza del deseo es móvil, proteica y libertaria, pero en medio de su indudable potencia subyace la posibilidad de la esclavitud. Quería explorar varias de sus dimensiones, lo cual significaba abrirles espacio a distintos tipos de mujeres, con o sin dinero, de diferentes posturas políticas, migrantes, con maneras de ver el mundo y el amor completamente diferentes.
¿La Inteligencia Artificial en “Redoble” y la temática política y los desencuentros en otras historias? En “Redoble” se plantea el uso de la Inteligencia Artificial para destruir reputaciones en el contexto militar venezolano, muy conservador respecto a la población LGBTQ+; sin embargo, en “Obertura” pongo frente a frente a dos mujeres enfrentadas políticamente, quienes se amaron en su juventud; “Desafinado” es una relación maldita y cruel; mientras “El silencio” se refiere a la separación de una pareja, que se ama de verdad, por el gigantesco movimiento migratorio de mi país. “La pasión” es una exploración a fondo del sexo lésbico, “Capricho” habla del tópico del enamoramiento solitario y “Canto roto” de la violencia doméstica.
¿Una ponderación del lesbianismo? He escrito un libro para llamar a la alegría, el gozo y la risa tanto como a la reflexión y la empatía con eventos muy dolorosos. El lesbianismo forma parte de la experiencia humana y como tal no es radicalmente diferente a otras experiencias humanas. Como toda literatura, estos cuentos están escritos sobre las líneas de tantas mujeres, lesbianas o no, y de tantos hombres que han escrito cuentos.
¿Muestrario de la temática lésbica en el contexto de la literatura venezolana? El empeño en juntar los cuentos tiene que ver con que no había libros de ficción dedicados íntegramente a la experiencia lésbica en Venezuela. Por fortuna, Dina Piera Di Donato, escritora venezolana radicada en Nueva York, publicó en 2024 El libro de Alicia (unas memorias estupendas). En la literatura venezolana se ha tocado el tema en cuento y poesía. En La favorita del señor, de Ana Teresa Torres, se explora el erotismo lésbico y también en La esposa del Dr. Thorne, de Denzil Romero, pero en estos dos casos se trata de parte del repertorio propio de la novela erótica, que explora todas las caras del erotismo, entre las cuales se incluye el sexo lésbico.
¿Cómo ha sido recibido el libro? Me alegra estar en México, sumándome en esta indagación ficcional sobre las mujeres que aman a otras mujeres. Celebro el trabajo literario en ese sentido de Odette Alonso, Sandra Lorenzano, Nancy Cárdenas, Elena Madrigal, Reyna Barrera, Rosa María Roffiel, Paulina Rojas, Sara Levi-Calderón, Artemisa Téllez y también a la maestrísima Sylvia Molloy y de la argentina Gabriela Cabezón Cámara. Me ha contentado mucho que hombres y mujeres de distintas orientaciones sexuales, edades y vocaciones hayan disfrutado el libro no simplemente por el tema, sino también echando mano de la curiosidad y el sentido literario.

