Un cubo incompleto y fragmentado es la representación de la mente perturbada, enferma y luminosa de Elektra en la ópera de Richard Strauss que, después de 30 años de no presentarse en el Palacio de Bellas Artes, vuelve a escena, pero esta vez ahondando en la psique de este personaje con sed de venganza que lidia con la orfandad, la soledad, la compulsión y la paranoia, tras el asesinato de su papá a manos de su madre y su padrastro.
“Este espacio conceptual nos recuerda a la cabeza fracturada de Elektra, donde los personajes no necesariamente entran o salen, sino simplemente aparecen; es como una caja de alucinaciones, como si estuviéramos metidos en la cabeza perturbada de un personaje que trae una patología fuerte. Lo que quiere es que su madre desaparezca de este mundo, porque la hace responsable de la muerte de su padre, lo cual es cierto”, explicó a La Razón Mauricio García Lozano, director de escena de esta producción de Elektra.
- El Dato: La dirección concertadora será de Stefan Lano. Participan Josué Cerón y Oscar Velázquez como Orestes, y Belem Rodríguez y Rosa Muñoz en el papel de Clitemnestra.
El director detalló que su propuesta busca ser más visceral. “Quiero ahondar en su psique más desde la experiencia que desde el análisis. Mi puesta en escena quisiera ser más visceral. La música es sobre todo visceral. Sí se siente como una obra alucinada que está lindando el límite de lo insoportable.
“Decía Rilke que la belleza es aquello que es lo soportable de lo terrible, pues esta puesta es terrible, apenas soportable y, por lo tanto, profundamente bella”, compartió, quien también resaltó que Strauss y el libretista Hugo von Hofmannsthal tuvieron mucha influencia del psicoanálisis y los planteamientos de Sigmund Freud.
García Lozano destacó que en el montaje la iluminación es esencial, pues es lo que permite representar las alucinaciones de Elektra, quien es interpretada por Catherine Hunold y Diana Lamar.

“Hay muchos juegos de luz, fantasmagoría. A nivel visual es muy interesante, muy hermosa, porque hacemos mucho truco de luz para que los personajes aparezcan, desaparezcan, se pierdan, surjan del piso, desaparezcan detrás de una cortina de humo”, comentó.
Otro elemento esencial es la música de Richard Strauss, que a inicios del siglo XX significó un parteaguas.
“Elektra es una respuesta a Wagner en muchos sentidos. Va más allá, empezando por el tamaño de la orquesta; uno pensaría que la orquesta de Parsifal es la más grande y no, la de esta ópera es todavía mayor. Es como la respuesta de un hijo a su papá diciéndole ‘yo puedo más’. Las rupturas armónicas, la inspiración melódica son potentísimas. Sí estamos hablando de una de las obras de mayor ruptura de principios del siglo XX. Es de grandes disonancias y rupturas, sin miedo en los tamaños de la orquesta. La vocalidad es bestial”, aseguró sobre la música que interpretará la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes.
Mauricio García Lozano dijo que el reto vocal del personaje principal es total, pero también es importante la interpretación. “Es un reto vocal inmenso, pero también es un desafío inmenso a nivel de interpretación actoral; hay una demanda muy grande porque el personaje está al límite todo el tiempo. Para que te la creas, las cantantes tienen que estar ahí; la música ayuda, pero tienen que estar conduciendo su emoción, su viaje de meterse en el personaje y equilibrando con toda la exigencia vocal. El 80, 90 por ciento ha sido entender lo que son cada uno de los personajes”, dijo el director de escena.

Mauricio García Lozano señaló que la ópera, basada en la tragedia de Sófocles, sigue teniendo actualidad.
“Es muy universal el conflicto. Habla de la familia, de los conflictos entre familia, de cosas tan simples, tan profundas y universales como el amor al padre, el odio a la madre, la orfandad, la soledad, la desolación, la sensación de sentirse abusada, la manipulación; se pueden llevar a cualquier ámbito en cualquier época. Es un personaje que puede existir en cualquier tiempo y espacio”, comentó el director.
Esta producción de Elektra se estrenará el próximo 5 de octubre en el Teatro Principal del Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, donde continuará funciones el 9, 12 y 14 del mismo mes. Luego llegará al Festival Cervantino el 24 y 25, en el Teatro Juárez de Guanajuato.
Elektra
Palacio de Bellas Artes: 5 y 12 de octubre a las 17:00 horas, 9 y 14 a las 20:00 horas
Teatro Juárez de Guanajuato: 24 y 25 de octubre a las 21:00 horas


