Después de crear el Jardín de Antonieta, que requirió una inversión de 16 millones 500 mil pesos, buscan darle un mantenimiento mayor a la Casa Rivas Mercado, joya arquitectónica del siglo XIX, cuya preservación significa todo un desafío.
“Ahora lo que viene es someter a la casa principal a un mantenimiento mayor. A casi 18 años ya pide una intervención y recuperación. Se hizo un diagnóstico y se está en búsqueda de los recursos. El director Cristóbal Arias es quien está haciendo las gestiones junto con la Fundación (Conmemoraciones) para ver quién pudiera acercarse nuevamente mediante donativos o recursos”, compartió a La Razón Sandra Hurtado, arquitecta quien, junto con Gabriel Mérigo, fue pieza clave para el rescate del inmueble en 2008. El segundo estuvo a cargo de la restauración.
- El Dato: A finales del siglo XIX, predios de la Guerrero comenzaron a ser poblados por la clase media alta y la burguesía, que construyó mansiones.
Detalló que las zonas más urgentes por atender son los exteriores, debido a las lluvias ácidas que han “agredido tanto los aplanados como las herrerías y la pérgola de la terraza, que es una madera que necesita un mantenimiento mayor”. Del interior, dijo que requerían intervenciones que atiendan el tránsito de la gente que visita la casa, que genera desgaste en los pisos.

Falta de talleres y espacios para exponer, los desafíos de grabadoras
Explicó que, una vez que se tengan los recursos, este trabajo les tomará seis meses, de los cuales entre dos y tres estarán dedicados a gestiones ante los institutos nacionales de Antropología e Historia (INAH) y de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
- 250 pesonas es el aforo en el Jardín de la Victoria Alada
Por su parte, Cristóbal Arias reconoció en entrevista con este diario que uno de los mayores desafíos que enfrentan es preservar el inmueble ubicado en la colonia Guerrero, alcaldía Cuauhtémoc, en la CDMX.
“No es nada barato mantener un inmueble histórico de estas dimensiones. Sale más barato derribar que restaurar, porque una rehabilitación es muy cara, pero a largo plazo también es costosa la conservación. Con los jardines aumenta; más o menos haciendo un cálculo grosso modo, anualmente son entre cuatro y cinco millones de pesos, precisamente para trabajos preventivos y correctivos. También tenemos acervo en el interior; necesita también atención y ahora ya el paisaje vegetal lo va a requerir”, comentó.
Dijo que ante este reto, la Casa Rivas Mercado cuenta con el apoyo de la iniciativa privada en 60 por ciento.
“Ningún museo vive de sus visitas guiadas; con éstas pagamos servicios: luz, los temas de impuestos, arreglos menores que requiera la casa, pero sí, necesitamos siempre del apoyo de la iniciativa privada”, abundó.
- 76 visitantes puede albergar el Jardín Frutal y 45, el Hovenia
ESPACIO PARA LAS INFANCIAS. Para el Jardín de Antonieta fue necesario retirar una antigua estructura que quedó dañada por el sismo de 2017, para luego desmontar los elementos colapsados y retirar los escombros. Se restauraron y recuperaron mil 475 metros para tener un espacio que se conforma de cuatro áreas: el Jardín de la Hovenia, el Jardín Frutal, el Jardín Inglés y el Jardín de la Victoria Alada, éste último con juegos infantiles y bebederos, que estarán dedicados a las infancias y juventudes de la Guerrero.
“El proyecto viene desde la restauración de la propia casa. Desde el primer momento se tuvo la idea de que esto fuera totalmente para la gente y los vecinos. No alcanzó para terminar los jardines y hace tres años fue que tuvimos el apoyo de Fundación Kaluz, Fundación Coppel y Fundación OCESA para lograr terminar el conjunto cultural Rivas Mercado. Se logró recuperar no uno, sino cuatro jardines.
“El Hovenia tiene un árbol centenario que el arquitecto Rivas Mercado le compró al jardinero Matsumoto, el que trajo las jacarandas a México. Es un árbol patrimonial. Queríamos hacer no nada más un jardín que se viera lindo, sino que tuviera un uso comunitario, sobre todo para las escuelas”, dijo Cristóbal Arias.
Para los jardines, Sandra Hurtado se basó en las fotos de la familia Rivas Mercado e imágenes históricas: “Durante la época de Rivas Mercado no había un lineamiento geométrico pensado de los jardines, sino que fueran muy rústicos. No guardó para su casa un diseño trazado, sino que fue sembrando y plantando aquello que le gustaba meramente”.
También se rehabilitó la primera crujía del inmueble colindante que ahora alberga servicios sanitarios y un espacio de atención para el público visitante. Además, la reja original del acceso, diseñada por Antonio Rivas Mercado, fue restaurada y reintegrada en su lugar histórico.

“En la crujía que corresponde a la portería hicimos una recreación histórica; con algunos elementos que existían y originales del inmueble se hizo una recreación de la antigua portería. Se rehacen las columnas, hacemos réplicas de esos maceteros que son del propio arquitecto, pero ante su pérdida y saqueo que tuvo el edificio, generados en lo que conocemos actualmente como Museo de Cera, que es también obra del arquitecto Rivas Mercado”, detalló la arquitecta Sandra Hurtado.
El portón estaba guardado, pero presentaba oxidación y pérdida de elementos. “Se le dio el color que mediante la investigación se documentó; es el que tenía originalmente y fue la última etapa de este edificio. Nos basamos en fotos históricas de familia. Hicimos la recreación y es lo que hoy se percibe”, explicó.

