A 50 años de partir, Siqueiros, un artista incomprendido

A 50 años de su muerte, el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros es un “artista muy venerado, pero poco conocido” e “incomprendido”, por lo que hay gran deuda en el rescate de su arte, consideró la especialista Irene Herner Reiss, quien durante 30 años ha investigado la obra del pintor.

“Siqueiros ha sido muy venerado, pero poco conocido. También poco comprendido, precisamente porque integró al lenguaje de la pintura al de los medios de comunicación, especialmente el cine y los dibujos animados. (Es necesario) que haya un rescate del gran arte de David Alfaro Siqueiros”, señaló en entrevista con La Razón Irene Herner Reiss, quien tiene un libro en preparación sobre la obra de caballete del creador, una especie de catálogo que espera poder publicar próximamente; está pidiendo apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Uno de los grandes problemas que ve la autora de Siqueiros del paraíso a la Utopía es que es un artista cuya obra se falsifica mucho, de ahí la necesidad de contar con un catálogo razonado.

“Uno de los grandes problemas que tiene la obra de Siqueiros es que hay muchas falsificaciones”, comentó Herner Reiss, quien en la serie Quién era David Alfaro Siqueiros da a conocer piezas del artista que pertenecen a colecciones privadas y que son desconocidas. La especialista también se ha dedicado a catalogar las obras falsas atribuidas al muralista, en acervos de particulares.

Siqueiros, de quien mañana se conmemora su 50 aniversario luctuoso, es considerado uno de los pilares del muralismo mexicano, junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco. Para Herner Reiss es el “padre del muralismo callejero”, porque fue el primero en introducir aspectos de la publicidad y la animación al llevar sus obras al espacio público.

“Cuando visitó Los Ángeles, en 1932, entró casi casi por los estudios de Hollywood y a los de Disney, los grandes anuncios publicitarios que empezaban a surgir en las calles lo inspiraban muchísimo en relación a su muralismo, ahí experimentó el muralismo callejero, inspirado en la escritura, en el dibujo de las figuras de Disney y en la fotografía.

“Para que Mickey Mouse se mueva de arriba para abajo, camine o lo que sea, tienen que ser varios dibujos, van pasando en la pantalla y se va moviendo la figura; Siqueiros hizo lo mismo, pero al revés, es una figura y, si tú te mueves en coche o frente a la pintura, ésta se desdobla”, compartió.

Entre los murales que concibió el también activista y pintor se encuentran Por una seguridad completa y para todos los mexicanos, ubicado en el Hospital de La Raza; y Del porfirismo a la Revolución, en el Museo Nacional de Historia. La crítica de arte considera que son los más logrados.

También está La marcha de la humanidad, el mural más grande del mundo en el que integró la pintura y la arquitectura, para esta obra se creó el Polyforum Siqueiros, actualmente cerrado porque no se concretan las labores de rescate del espacio.

“Consideraba que el arte debía ser integral, debía integrar arquitectura, escultura y pintura en un mismo espacio, por eso el Polyforum fue construido”, remarcó.

Herner Reiss señaló que si bien las aportaciones de Siqueiros al muralismo son fundamentales, tampoco se debe perder de vista su obra de caballete, porque incluso en ésta explora la monumentalidad.

“Pienso que es un gran pintor, un gran colorista. Su obra de caballete es muy importante, aunque él se consideraba fundamentalmente un pintor de espacios públicos, hizo muchísimos, debió haber hecho unos 800 o 600, porque pintaba cuando estaba en la cárcel, del 60 al 64 que estuvo en la prisión de Lecumberri pintó alrededor de 400 cuadros, porque no tenía otra manera de pintar.

“En sus caballetes ensaya la monumentalidad, son de paisajes extraordinarios que pintó sin tener paisaje enfrente, dentro de la celda de Lecumberri hizo muchos personajes, hizo muchos retratos”, puntualizó la especialista.

A cinco décadas de la muerte de David Alfaro Siqueiros, Herner Reiss concluye que el muralista mexicano “demuestra que el gran arte producido por este país es uno de los mejores embajadores que tenemos en el mundo, porque es arte de primera calidad, porque no es activismo, es arte político”.