Falleció el pasado 26 de enero

Muere Ruy Pérez Tamayo, gigante de la patología en México

El connotado académico falleció ayer a los 97 años; fue pionero en investigación biomédica y un destacado divulgador de la ciencia y formador en universidades

Pérez Tamayo, en su cubículo de investigación en el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, en marzo de 2014.
Pérez Tamayo, en su cubículo de investigación en el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, en marzo de 2014.Foto Cortesía: Pascual Borzelli Iglesias
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Ruy Pérez Tamayo, pionero en la investigación biomédica en México y eminente patólogo, falleció el pasado 26 de enero a los 97 años de edad, dio a conocer ayer la Academia Mexicana de la Lengua, de la cual fue miembro.

“La Academia Mexicana de la Lengua comunica, con profunda pena, el fallecimiento de Ruy Pérez Tamayo, eminente patólogo y académico de número de la institución, acaecido el 26 de enero de 2022”, señaló la institución a través de un comunicado.

Al darse a conocer el deceso, científicos como Miguel Reyes-Múgica, lo despidieron y resaltaron su labor. “Hoy hemos perdido a un gigante de la patología, de la investigación biomédica, de la cultura, de la historia y filosofía de la medicina. Para mí, un segundo padre, amigo de 45 años”, señaló en Twitter.

Por su parte, la investigadora biomédica expresó: “Gran vida que le hizo mucho bien a muchos. Lo tuvimos entre nosotros 97 años. Dejó un legado exponencial y supo del aprecio de sus colegas, amigos y estudiantes. Ahora es tiempo de compartir historias y agradecimiento”.

El Colegio Nacional indicó que la comunidad científica del país “ha perdido a uno de sus mayores representantes”.

El Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM lo recordó como un “brillante médico patólogo e inmunólogo, investigador y divulgador de la ciencia, que contribuyó a entender los mecanismos de distintas enfermedades”.

Pérez Tamayo era originario de Tamaulipas, estudió Medicina en la UNAM y se especializó en patología en Estados Unidos. Algunos de sus aportes fueron el análisis del efecto de la metionina en el proceso de cicatrización, además de describir por primera vez la neumonitis reumática. También destacaron sus investigaciones sobre los tumores del corazón, la tuberculosis, la cirrosis intersticial difusa y la aterosclerosis.

Fue un gran formador de alumnos en universidades de México y del extranjero, en unidades de investigación y en hospitales, desde 1948. Además de ser partícipe en grupos encaminados a innovar la enseñanza de la Medicina y la formación de investigaciones, resaltó Gonzalo Celorio, director de la Academia Mexicana de la Lengua, cuando Pérez Tamayo recibió el Premio Internacional Menéndez Pelayo.

“Es un maestro enamorado de su quehacer porque sabe que la docencia es la manera de comunicarles a sus alumnos no sólo lo que sabe, sino la forma de observar e interpretar la vida”, refirió Gonzalo Celorio.

También lo describió como una persona comprometida por divulgar el conocimiento científico, tanto en escuelas de educación básica como en prestigiosas universidades, pero también en la vida cotidiana. Lo definió como un gran conversador y abierto al diálogo.

“Ahora son muchos los medios para hacer periodismo científico, inclusive la UNAM cuenta con un diplomado al respecto, pero nada de esto sería posible sin los investigadores y científicos que, como Ruy, supieron que la divulgación es una función indispensable de la investigación científica”, apuntaba.

En la divulgación científica colaboró en Física y Naturaleza. En los años 80 en el Fondo de Cultura Económica, creó la colección La Ciencia para Todos.

Solía decir que había tomado el camino de la ciencia para “no aburrirse, para usar mejor el cerebro, para que no nos tomen el pelo, para estar siempre contento y para no envejecer”.

  • El dato: Escribió cerca de 70 libros científicos y de divulgación, Ciencia y conciencia, Principios de Patología y Diez razones para ser científico, por mencionar algunos.