Entrevista con Arrigo Coen*

“El albur se refugia cada vez en los estratos inferiores”

Arrigo Coen fue un polígloto, apasionado del lenguaje y un hombre de una memoria aplastante en todos los sentidos; gran parte de sus estudios sobre comunicación lingüística fueron de manera autodidacta

Arrigo Coen
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Polígloto y apasionado del lenguaje Arrigo Coen (1913-2007) fue un hombre de una memoria aplastante en todos los sentidos. El lenguaje que usted habla, Para saber lo que se dice 1y 2, entre muchos otros fueron sus libros. De su trabajo periodístico destaco su columna “Vocablos y voquibles”, en la cual analizaba los problemas del uso de la lengua. Fue coordinador del Centro de Estudios Sociales y Humanos de la Comunicación, asesor del IPN, subdirector de Relaciones Educativas científicas y Culturales, director técnico del Centro de Consulta de la Comisión para la Defensa del Idioma Español y director del Centro de Informática y Documentación de la II ARDF y maestro de la escuela de escritores de la SOGEM. Fue miembro de la Real Academia de la Lengua en México. La gran parte de sus estudios sobre comunicación lingüística fueron de manera autodidacta.

Arrigo, ¿qué dificultades enfrenta el lenguaje? Te lo pregunto por tantos usos y desusos del castellano.

Ninguno: el lenguaje o, mejor dicho, la lengua, es una entidad viva que se envuelve en boca de los hablantes. Todo lenguaje está en función de la comunicación humana, por lo cual lo que importa, en su análisis o dificultad, es el esclarecimiento de las relaciones entre la estructura de los mensajes y el significado de éstos; o sea; la relación sintaxis-semántica.

¿Crees que el castellano será una lengua esencialmente americana y que la hablará el noventa por ciento de hispanos en el Nuevo Mundo, siendo después del chino y del inglés el idioma más hablado del mundo, y cuál será su lugar en el siglo XXI?

Su pondo, no muy recientemente documentado, que un quinto lugar desde luego, el chino es el que ocupa el primero y lo siguen, casi con seguridad, en ese orden: el hindú, el inglés (considerando el bilingüismo internacional) y el ruso. Quizá haya en la actualidad unos 400 millones de hispanohablantes y al español sospecho que le van en una zaga cercana el malayo y el árabe.

¿Qué ha pasado con las lenguas que florecieron con el colonialismo?

El portugués lo hablan mucho más personas en Brasil que en la antigua metrópoli ( en la proporción de 15 por 1) y Mozambique aporta casi un 20 por ciento del total de los lusófonos; el alemán se perdió, fuera de los alemanes y Austria, como lengua de peso, y en cuanto al francés atañe, de cada 15 galoparlantes once están en Francia, tres en las ex colonias francesas y uno en Bélgica ( en el bilingüismo internacional lo ha desplazado mucho el inglés), por eso se han ido perdiendo gran parte de esas lenguas, que en algún tiempo fueron importantes.

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¿Cuál es el objetivo principal del lenguaje en estos tiempos?

El que siempre ha tenido: seguir comunicando.

En tu libro Para saber lo que se dice II, hablas de la defensa del idioma, ¿crees que la tengamos actualmente?

No es propiamente una defensa, sino más bien una recomendación para que en los medios de difusión se adopte una norma culta de nuestra legua, para que sirva de modelo. Por otro lado, la intención, que podría animar a la llamada defensa del idioma como sostenimiento de un bastión de la campaña por el acendramiento de la identidad nacional, es la de orientar, aconsejar y, sin condenaciones trasnochadas, señalar lo deseable y lo preferible del idioma.

¿Qué hay de la adopción de neologismos en el lenguaje?

Con frecuencia no queda más recurso que tolerar un barbarismo, impuesto por la fuerza innovadora del progreso. Y lo admitimos porque no se tiene el vocablo que en español designe lo que aquél significa, y no se nos ocurre qué inventar para sustituirlo por término conforme con una genuina formación lingüística la necesidad, pues, viene a ser la condición primordial para que se acepte un neologismo. Se dan casos en que no todos los países adoptan la misma dicción. Y ello se debe a que la novedad y la palabra que la nombra proceden de orígenes distintos: por ejemplo, lo que nosotros, en México, entendemos por computadora (sobrentendido, máquina) porque nos llegó vía el inglés “computer”, en España se llama ordenador, vocablo que reconoce un origen francés en el término “ordinateur”. Lo deseable es que las instituciones que manejan esas máquinas se decidan por uno sólo de esos nombres y adopten el vocablo unívoco, ya que la sinonimia “computadora-ordenador” introduce ruido en la comunicación y propicia perplejidad.

¿Qué interesa de nuestro acervo léxico en estos momentos?

Su valor de intercambio. Que lo entendemos en México verbigracia por versátil, sea lo mismo que por versátil entiendan en cualquier otro punto del vasto ámbito de nuestra comunidad lingüística; está palabra ha venido perdiendo su sentido etimológico de “voluble”, “tornadizo”, y de ahí las acepciones de “veleidoso”. Y ha llegado a significar hábil o útil para diferentes propósitos, fácilmente adaptables a distintos trabajos, conceptos que han desplazado a las ideas que antes sugería este término, por lo demás atinadamente remitirlo a otro campo semántico, porque faltaba la palabra que quisiera decir lo que ahora “versátil” significa.

¿Qué hay rescatable del idioma origina mexicano y sus símbolos?

Todo, si se practica la enseñanza del bilingüismo por regiones de sustrato: maya, zapoteco, purépecha, etc.

Arrigo, ¿crees que actualmente se está perdiendo la tradición del albur y de los refranes populares?

El albur se refugia cada vez más en los estratos inferiores del pueblo mexicano, además de ser un fenómeno que solamente he visto que se dé en México, con mucha utilización aquí en Ciudad de México. En otros tiempos era raro que se albureara en provincia. Ahora se ha extendido mucho, por el influjo de la autoridad que tiene el centro. Gracias a los albureros o promotores, se ha puesto un poco en alerta a otros mexicanos y parece que ya se alburea hasta en los rincones más alejados del centro de la capital. Los refranes sí, se están perdiendo por la falta de práctica de una generación que es la tuya y las que vienes….

* Esta conversación “El albur se refugia cada vez en los estratos inferiores”

Entrevista con Arrrigo Coen la realicé en Ciudad de México hace un par de años, y la retomo como proyecto de un nuevo libro de diálogos sobre diversos temas de la cultura y la historia que tengo en preparación.