El arte de pintar*

Entrevista con Gilberto Aveces Navarro (conversación inédita)

Gilberto Aceves y Miguel Ángel Muñoz
Gilberto Aceves y Miguel Ángel MuñozFoto: Especial
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A Sergio Sánchez de París, cómplice de múltiples aventuras culturales

Sin duda, uno de los grandes artistas plásticos mexicanos de la segunda mitad del siglo XX es: Gilberto Aceves Navarro ( Ciudad de México,1931- 2019) . Heredero de Carlos Orozco Romero, Enrique Assad e Ignacio Aguirre, de los cuales aprendió más que de toda la Esmeralda completa (de la cual fue expulsado por ser un pintor con propuestas diferentes). Además se caracterizó por proponer múliples vocabularios visuales desde la figuración expresionista al abstraccionismo sin límites y fronteras. Un creador total.

Estudió en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. En 1952 trabajó como asistente de David Alfaro Siqueiros en los murales de Rectoría en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha expuesto tanto en México como en el extranjero destacando en las Bienales de Francia, Tokio, Cali y la Mostra Bianco e Nero de Lugano, Suiza. Aceves Navarro fue miembro de la Academia de Artes desde 2003, mismo año que ganó el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes. Fue profesor durante casi cuatro décadas, maestro de un número importante de artistas, cuenta con más de cien exposiciones indiviales y con una larga lista de premios en México. En estos tiempos de crisis, de carencias materiales enormes, de una sociedad cada día más crítica con el poder – lo vivió y lo vio-, Navarro me decía que su pasión el dibujo era absoluta: “es algo que tengo que hacer que realizar para poder pensar. Es una mania y un método para sentirme bien y entender simplemente la vida”.

Gilberto igual que muchos de tus contemporáneos: Cuevas, Vlady, Von Gunten, Cronel, tienes una fuerte pasión por el dibujo, ¿qué tanto influyeron en tu obra maestros como Aguirre y Assad?

-De ellos aprendí el dibujo clásico, es decir, de esa manera que se aprende wn las escuelas de pintura. Cuando salí de las aulas me pregunté: ¿ y ahora por dónde? En aquellosno tenía mucho dinero para tener un espacio donde trabajar y mucho menos poder pagar un modelo. Así que me fui a trabajar a la calle dibujando a todas las personas que pasaban por ahí. Entonces es cuando me doy cuenta de que lo que interesaba trabajar y encontré el modo para cumplir con esta necesidad. En ese espacio callejero me encontré con gente que estaba moviéndose todo el tiempo. De manera que tuve que esconderme sw mis modelos para que no me vieran, aprendí a disfrazarme en el ambiente y lo más importante a traer una libreta para hacer algunos dibujos y luego traducrlos.

Gilberto Aceves
Gilberto AcevesFoto: Especial

¿Cuándo dejaste de cargar tus libretas contigo? Recuerdo que eran parte de tu vida…

-Después de 40 años ya no cargo las libretas, porque ya tengo construida una mecánica de trabajo, por ejemplo, observo qué me interesa, lo aprehendo y cuando llega al estudio lo dibujo, igual salen algunos de mis temas: de pronto me topo con algo que me parece muy interesante y ahí queda algún tiempo, pero luego aparece con muchas características que lo hacen funcionar. Dibujo por la única necesidad de ver cómo aparecer las cosas, me resulta sorprendente encontrar los rasgos de mi primera impresión, es por eso que constantemente me estoy renovando y rehaciendo continuamente. Con este proceso siento que tengo garantizado no ser un académico, sino tener los ojos despiertos en todo momento para ver lo que esta pasando.

¿Crees que hay una evolución en tu pntura y su búsqueda por alcanzar de alguna manera un estilo propio? Te lo pregunto por las múltiples influencias que se descubren a lo largo de tu trayectoia.

-Hay un arte que hemos heredado un tanto estático y fijo, pero que cuenta con varias ideas fundamentales, como el balance, la simetría y el equilibrio. Estos elementos nos dan un resultado establecido en todo momento, siempre que se conserven. En mi caso el ritmo juega un papel importante en todos los sentidos, es una herramienta más elástic; es decir, su idea de la unidad me permite realizar cuadros desequilibrados o monocromáticos. Por otro lado, es una idea que tiene que ver con nuestra cultura, el nuestro -México- es un país, donde el desorde es una de sus principales características.

Sin temor al error no estoy en busca de un estilo, lo que busco es una forma de decir mi realidad. Tomo de donde puedo y agarro de lo que sea. Si necesito algo de Orozco lo tomo sin vergüenza, o sea de los griegos, aztecas o de quién se, ¿quén dice que no?. Ahorita lo que me interesa es estar activo en un cien or ciento, explorar todas las posibilidades de la pintura y tratar de llevarlas al máxio de su capacidad.

Gilberto Aceves
Gilberto AcevesFoto: Especial

¿Hay algo de tu alejamiento total de lo académico por aquellla expulsión de La Esmeralda allá por el 53, o simplemente es por buscar algo istinto en la pintura y sus distintos vocabularios visuales?

-En aquellos años me expulsaron por un asunto de política de la escuela. Me convertí en un alumno incómodo y alborotador, tenía la capacidad de organizar y de convocatoria para armar lo que armé en ese tiempo. Fue un conflicto muy simple, como el pedir que el ttaller de grabado regresara a la escuela, que se eliminara el anexo especial para estudiantes extranjeros y que tuviéramos un espacio para exponer nuestra obra ¿ es un delito pedir eso? En 1955 la galería de las nuevas generaciones, que fue producto de esa luca, fue la que me dio la oportunidad de hacer mi primera exposición, y gracias a ello hoy celebro mis más de cincuenta años de carrera artística. Otro logro iportaante de aquellas batallas fue fundar el jardín del arte, en el cual jamás expusimos por diferentes razones.

¿Cómo sintetizaste en esos años tanto aprendizaje y tanto vida artística y cultural?

-Después de años logré sintetizar mis aprendizajes con un susteno teórico suficiente para poder enseñar algo, tal vez ese sea el orogen y fuerza principal de mi traectoria como profesor, mis alumnos también me permiteron aprender otro camino. Analizaba sus trabajos y los ponía a dibujar conforme a las incógnitas que planteaban sus resultados y experimentos, es ahí donde me doy cuenta que las respuestas son personales, y de que cada quien veía las cosas diferentes, lo cual fue un gran hallazgo en mi carrera y en cada uno de ellos.

Gilberto Aceves
Gilberto AcevesFoto: Especial

¿Crees que hay reglas escritas para pintar?

-Desde luego que no. Las reglas no existen, excepto para quienes tienen ganas de seguirlas y yo no tengo ganas de seguir ninguna. Siempre he sido un espíritu libre, Y lo seguire siendo hasta el final.

¿Cómo te sientes al formar más de cinco o seis décadas de pintores y muchos de ellos con un estilo propio?

Contento y orgulloso de todos ellos, además de que aprendí mucho. Hoy unos que me imitan y otros que me siguen y que no estudiaron conmigo. Hay algunos como Anibal Angulo, Pablo Amor o Javier Paredes, que tienen su forma particular de trabajar y lo hacen muy bien. Siempre les dije a mis alumnos que este es un oficio de silencio porque no se debe pensar en palabras sino de otra manera.

¿Qué inquietudes tiene Aceves Navarro hoy día en la pintura al cumplir más de 50 años de pintor?

-Estoy trabajano – ahora en Cuernavaca- en muchas series, que serán parte de mi exposición en el Museo de lla Ciudad de México. Al pasar de los años se ha ampliado mi visión de las cosas o tal vez mi cerebro funciona mejor sin las necesidades de la juventud, pero sigo trabajando. Puede ser también que ya viene corriendo la senetud t la loquera senil, que me permite abarcar tres asentos al mismo tiempo. Estoy feliz de ser viejo y estar loco, siempre que pueda trabajr tres series de pinturas dferentes, tengo una prisa del demonio hoy día, pues no tengo mucho por delante. Ahora entiendo lo que dijeron Tiziano y Delacroix: “ al final de la vida se sabe lo que es pintar”.

Gilberto Aceves
Gilberto AcevesFoto: Especial

*Parte de esta conversación con Gilberto Aveces Navarro se publicó en el Suplemento Cultural El Búho del periódico Excélsior . El domingo 22 de octubre de 1995, # 527.