Publica El peso de vivir en la tierra

David Toscana entrega un lúdico tributo a la literatura rusa

“Propongo hacer un recorrido narrativo por la obra de diversos autores rusos, desde Dostoyevski hasta Pasternak”, comparte el autor; personajes atrapados en el deseo de la aventura

El autor, en una fotografía de archivo.
El autor, en una fotografía de archivo.Foto Cortesía: Jaime Rivero
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David Toscana (Monterrey, México, 1961), destacado narrador regiomontano −premio Xavier Villaurrutia 2018, por Olegaroy−, entrega El peso de vivir en la tierra (Alfaguara, 2022), novela que rinde un cordial y lúdico homenaje a la literatura rusa. Los personajes de esta fábula están arropados por el azaroso deseo de la aventura. El lector tiene ante sus ojos un frondoso itinerario de referencias, citas y guiños de novelas, textos líricos y cuentos de uno de los legados más significativos de la literatura universal (Gogol, Tolstói, Dostoievski, Chejov, Babel...).

Trama edificada a partir de la muerte de los tres cosmonautas rusos durante su regreso a la Tierra después de pasar 23 días en la estación espacial Sályut en 1971. Nicolás decide cambiarse el nombre por el de Nikolái Nikoláievich, quien con un grupo de cómplices prepara un ‘viaje’ para representar su propia ‘puesta en órbita’: cada uno de ellos encarna una referencia tomada del emblemático panorama de episodios de las novelas y relatos rusos: evaden su realidad y la ensanchan, la engrandecen, hasta agrietar las fronteras entre la ficción y la realidad.

“Propongo hacer un recorrido narrativo por la obra de diversos autores rusos, desde Dostoyevski hasta Pasternak, de Bulgákov a Ana Ajmátova, o de Chéjov a Marina Tsvetáieva, en un conjunto de historias superpuestas en diversos espacios. Empalmo la vida de cada autor con los relatos que escribió. Cabalgata por los itinerarios de avaros, homicidas, prostitutas, indigentes, tuberculosis, borrachos, entre otras criaturas, que se debaten entre la desdicha y el curso de su destino. La novela invita a un juego donde la vida se deja arrastrar por los alientos del arte”, precisó en entrevista con La Razón, David Toscana, acreedor de los premios Antonin Artaud, Bellas Artes de Narrativa y José Fuentes Mares por El último lector (2004).

La novela invita a un juego donde la vida se deja arrastrar por los alientos del arte

David Toscana, Escritor

¿Novela explícitamente ‘cervantina y quijotesca’? Así como lo hace Alonso Quijano, el protagonista cambia de nombre, se quiere llamar Nicolái Nikoláievich Pseldónimov y a partir de ahí inicia su azarosa aventura quijotesca: quiere ser alcohólico, enfermarse de tuberculosis o ser asesino como los personajes de la gran literatura rusa. Su ilusión-sueño es de viajar al espacio como el Quijote que arremete contra los molinos de vientos.

¿El atrevimiento de la imaginación y la avidez, factores que transforman la realidad? Creo, estoy convencido, que la imaginación y el deseo son elementos decisivos en los cambios de nuestras circunstancias. La lectura nos hace cambiar la perspectiva de nuestra vida. Este grupo de personajes convierten la ciudad de Monterrey, desde su voluntad imaginativa, en sitios de la Rusia zarista y Soviética. Una cantina, estación espacial; la huerta de naranjos, una dacha; el río Santa Catarina, el Nevá; y un teleférico abandonado, armazón para un despegue al espacio.

¿Prosa bañada de fragosos delirios y penetrante humor negro desde un ‘seductor realismo’? Me interesaba abordar la belleza y también la saña, el sinsentido de la existencia, la intimidación y la supervivencia desde evocaciones de la literatura rusa empalmadas con los gestos de estos personajes. Sí, está la presencia del delirio en diálogo con un ‘realismo trastocado’ con celajes de un agudo humor. Muchos lectores me han dicho que es una novela muy divertida.

Los actos de los personajes de su novela nos conminan a la pregunta: ¿existen límites entre la ficción y la vida? En otros libros míos los personajes recurren a la imaginación para escapar de la realidad. Aquí, Nicolás y sus compinches edifican una realidad paralela, alterna, en el sueño, en la pretensión de ser alguien más, de jugar a ser otros y experimentar. Existe una quebradiza línea entre la realidad y la locura. Como dice el protagonista: “La vida es lo único infinito que tiene final”.

El peso de vivir en la tierra 

Estaban de vuelta en el Sályut. Al fin había llegado la noche en que Marfa. Petrovna haría su caminata espacial. Una aventura a la que ni Valentina Tereshkova se hubiese lanzado. A diferencia de Laika, apreciada por ser una callejera, las mujeres del programa espacial soviético fueron elegidas entre paracaidistas. A los cosmonautas que estaban en lista de espera para viajar al espacio no les entusiasmó la aparición de esas mujeres. Ellos eran militares, pilotos, tenían años entrenándose, y he aquí que llegaban unas damitas improvisadas a ocupar el asiento de la nave Vóstok porque al general Kamanin se le ocurrió que la Unión Soviética debía enviar una mujer al espacio antes que los Estados Unidos. El cosmonauta que más directamente se vio desplazado por Valentina Tereshkova se dio a la bebida y se echó kareninamente al paso de un tren. Otro de ellos quedó prendado de la belleza obrera de Tereshkova y acabaría casándose con ella.

“Si no viajas al espacio”, Griboyédov dio a Guerásim una palmada en la espalda, “¿te quitarías la vida?”

“Voy a ir”, respondió Guerásim.

Fragmento tomado del libro.

El peso de vivir en la tierra
El peso de vivir en la tierra
El peso de vivir en la tierra
  • · Autor: David Toscana
  • · Género: Novela
  • · Editorial: Alfaguara, 2022