El arte en movimiento de Jesús Rafael Soto

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Foto: larazondemexico

Yo hablaría más de situaciones que de eventos…

Jesús Rafael Soto-

Jesús Rafael Soto (Ciudad Bolívar, Venezuela, 1923 –París, Francia, 2005), es sin duda, uno de los grandes referentes del arte cinético. Soto se crió en su país y luego decide en los años 50, abandonar Venezuela, para trasladarse a París, donde conoce a diversos artistas como Agam, Víctor Vasarely y Tinguely; ahí aborda el cinetismo a través de la repetición de elementos geométricos y la yuxtaposición de superficies tramadas en plexiglás. Entre 1950- 60 intentó plasmar en su serie Metamorfosis un equivalente de la serialidad musical. En 1956 creó sus primeras estructuras cinéticas: su cinetismo se caracterizó por integrar en la obra la percepción del espectador en desplazamiento ante el objeto; son notables Dinámica del color (1957) y Escrituras (1963). A partir de la década de 1960 diseña penetrables y obras de integración arquitectónica, como la decoración del interior del edificio de la UNESCO en París (1970), el interior del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París (1976) y en diversos numerosos espacios públicos.

Dice Soto en una conversación: “Otra preocupación mía era cómo llevar el arte plástico al movimiento, donde se conocían muy pocos ejemplos, como el de Alexander Calder, que era el más joven de esa época y quien también trabajó en Venezuela, aunque en ese momento yo estaba en París. Estas preocupaciones básicas fueron esenciales para que yo creara una obra, ese fue un período muy lento que va desde 1950 hasta 1955.Recuerdo cuando empecé a jugar con una transparencia. Cuando la movía comencé a encontrar cosas aleatorias. Yo seguí trabajando en ese elemento superconfuso y hasta 1953 ó1954 yo los trabajaba sin espacio dentro de los dos elementos. El transparente estaba montado en el fondo, dibujado, y en un momento dado yo retiré el objeto como unos cinco centímetros. Así comenzó a generarse movimiento, pues al desplazarme se desplazaban conmigo los puntos. Giraban. Y yo dije: aquí pasa algo. Lo que estoy buscando hace tiempo y tengo que saber exactamente qué es”.1

Soto fue un pionero junto con Carlos Cruz- Diez, del arte cinético, y con esta muestra, no se trata tanto de que, a estas alturas, haya que reivindicar su valor artístico, como de precisar, en efecto, la importancia de su papel en una de las décadas más interesantes y feraces de la vanguardia internacional tras la posguerra, la de los años cincuenta del pasado siglo. Participa en la exposición Le Mouvement (Galería Denise René); en 1958 inicia su serie Vibraciones, con alambres y bastoncillos de madera suspendidos y móviles. Quizás Soto no fue el único artista en “revolucionar” la escena artística parisina por aquellas fechas, donde los mejores artistas se adentraron en el informalismo de la mano de un Paul Klee visto en clave surrealista, pero probablemente fue uno de sus más inteligentes y delicados intérpretes, además de haber sido también quien supo sacarle un versátil provecho. Por otra parte, a diferencia de otros jóvenes creadores de su generación, que, muy pronto, agotaron su discurso, Soto se mantuvo en su búsqueda creativa y en 1967 crea estructuras cinéticas para el pabellón venezolano de la Exposición Universal de Montreal. Ahí mostró un volumen de varillas suspendidas que por moción mecánica, esta vez giraban alrededor del espectador. Esta idea se había visto realizada en años anteriores con las Columnas vibrátiles, pero en Montreal el objeto móvil tenía una dimensión gigante. Al año siguiente realiza para la fábrica Renault, en Boulogne-Billancourt, un environnement con 2500 varas de acero pintado, en 1969 comienza la serie de los Penetrables, construidos con alambres plásticos suspendidos, a través de los cuales puede circular el espectador. El lenguaje de que se valió el artista fue para ese instante invención de Soto. A fin de mostrar lo visible del espacio, el artista tuvo que recurrir a medios plásticos alejados de todo lo tradicional, liberando así su obra de todas las ataduras, que aún la retenían al pasado, sometiéndola única y exclusivamente al requerimiento de su mensaje cuatridimensional, diversificando sus materiales y sus medios. Estructuras cinéticas, estructuras colgantes, formas cuadradas que parecían desplazarse al ritmo del hombre; escrituras como formas inmateriales que desaparecían de la vista; péndulos monumentales que se desvanecían en el aire, y donde el arte de Soto fue descubriendo formas tangibles que bailaban en el espacio. El artista crea en esos años estructuras geométricas que en repetición clónica alcanzan grandes dimensiones, o sembró techos y suelos de varillas pintadas (Progresión suspendida, Hall del Museo de Arte Moderno, París; Volumen suspendido, 1979, Centro Vanaveu, Caracas; o Extensión amarilla y blanca, 1979, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid). En 1988 realizó la Esfera Virtual para el Parque Olímpico de Escultura de Seúl. En los años noventa mostró su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Kamakura, Japón (1990),en el Centro Georges Pompidou de París (1993), en la Kunshalle de Colonia, Alemania (1993) y en el MOMA de Nueva York (1993).

Estas instalaciones representan la convergencia de todos los trabajos que ponen en relación el tiempo, el espacio y el movimiento, estableciendo igualmente en su trabajo un encuentro sutil de sus obras con las leyes y fenómenos de la naturaleza. Como en aquella metáfora de la música de las esferas, aquí el sonido no es audible pero la armonía se manifiestas en una belleza sutil y visual, las ondas se materializan en trayectorias senoidales que sí son perceptibles por el ojo. La obra permite ver, como en cámara lenta, su propio fenómeno plástico. En realidad, ése parece ser el propósito del artista: hacer visible lo inefable. De cualquier forma, el fundamento y clave de todo ello está en cada obra de Jesús Rafael Soto, que también es cierto, es una obra que ha “envejecido” con el paso del tiempo, pero que aún con la radical modernidad del arte, siempre hay capacidad de apreciar su fragancia y sutileza.

1 Entrevista con Jesús Rafael publicada en el Periódico Semana 4/30/2001, Venezuela.

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