Ópera muestra los claroscuros en la vida de Sor Juana

En la vida de Sor Juana Inés de la Cruz, una de las figuras más importantes de la literatura, hubo momentos de luz en los que ella encontró libertad en la escritura y el conocimiento, pero también de oscuridad cuando por su condición de mujer y monja trataron de silenciarla. Estos claroscuros se abordan en la ópera La sed de los cometas, del compositor Antonio Juan-Marcos con libreto de Mónica Lavín.

La ópera, que se estrena el próximo viernes en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la máxima casa de estudios, como parte del Festival Cultura UNAM, presenta los aspectos más humanos de la autora de Divino sueño, a través de un recorrido por su vida, desde que escribe Neptuno alegórico, un largo texto en prosa para celebrar la entrada del virrey Tomás de la Cerda y Aragón y su esposa María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, hasta su muerte.

“Queríamos abarcar la existencia de Sor Juana, quien por un lado tenía una sed de conocimiento, de belleza, de arte, y su paso por este mundo fue fugaz pero intenso, por eso el título de los cometas; sin embargo, hay un claroscuro, las estructuras sociopolíticas y socioeconómicas de la época, sentían que esa curiosidad de la poeta se desbordaba más allá del marco que le era socialmente permitido dentro de su condición de mujer y de monja”, detalló a La Razón Antonio Juan-Marcos.

Indicó que le interesaba contar cómo la autora de “Éste que ves, engaño colorido”, enfrentó las dificultades que se le presentaron. “Logra afrontar el problema de su tiempo, entenderlo y solucionarlo de alguna manera a través de la escritura”, comentó.

Compartió que una de las enseñanzas de la poeta que quisieron incluir en la ópera es que la artista demostró que “aún en las épocas de más represión, la libertad de la palabra es absoluta, es una lección, sobre todo la esperanza de ver cómo ella entendió su condición y su tiempo, que no hay que limitarnos a esos claroscuros, sino afrontarlos, es por eso que consideramos que nos sigue hablando de lo que vivimos hoy”, apuntó el compositor quien en muchas de sus obras ha plasmado su interés por la literatura.

Juan-Marcos contó que para el libreto, desde que ideó este proyecto, siempre pensó en la escritora Mónica Lavín, autora del libro Yo, la peor, una biografía imaginada de Sor Juana.

Para la música, abundó, quiso incorporar elementos de la naturaleza, como metáforas sobre lo que vivía o sentía Sor Juana.

“En el primer acto tenemos las aguas y la sensación de inundación, metafóricamente inundan a los personajes; el segundo acto está enmarcado por el eclipse solar que ocurrió en la época, es una metáfora de las tragedias que se anuncian en la vida de Sor Juana; el tercero es el fuego, hubo un incendio en el palacio virreinal, pero también es una metáfora de que ella tiene que renunciar a sus libros, a esa sed que tiene, adaptarse a esas estructuras sociales”, explicó.

Dijo que trataron de lograr una cierta economía en el lenguaje del libreto, para que la música imprimiera la carga emotiva y expresiva de esas palabras. “Hay momentos en que la música trata de decir lo que está entre líneas en el libreto, te das cuenta que el personaje está enojado, celoso o tramando una intriga, no lo dicen, pero lo percibes con la música”, señaló.

La sed de los cometas, que contará con la dirección musical de José Areán y puesta en escena de Belén Aguilar, tiene en su elenco a la soprano Cecilia Eguiarte (Sor Juana); las mezzosopranos Frida Portillo (la virreina María Luisa Manrique); Araceli Pérez Martínez (esclava de Sor Juana); y el tenor Enrique Guzmán (Carlos de Sigüenza y Góngora); y el barítono Rodrigo Urrutia (Antonio Núñez de Miranda).